" Un día te sientes abrumado
porque el mundo está colapsando y sientes qe no haces nada para salvarlo...
Pero
un día te das cuenta que
no eres el encargado de salvarlo, es un peso muy grande para recaer sobre una
sola persona, y te dedicas a hacer lo único que puedes hacer, ser amoroso en
todo lo que haces...
Y ese ser amoroso implica cultivarte a
ti mismo, cuidar las palabaras que dices, escuchar profundamente a todos con
los que compartes, cuidar los vínculos que creas, ponerte en los zapatos de tus
semejantes, tomar
acciones para aligerar el sufrimiento... pero pareciera que el mundo sigue
yéndose al carajo y que lo que haces no es suficiente...
Pero
un día sucede la magia, y te
das cuenta que todos aquellos con los que compartiste el amor, mágicamente se
han dedicado también a compartirlo, y ahí sonríes porque encuentras una
pequeña esperanza que disipa las lágrimas...
y
comprendes que lo que puede salvar al mundo, no son unos cuantos sujetos en
posición de liderazgo, sino
el tejido humano colectivo, que se construye con los actos cotidianos y se
potencia con el amor que irradiamos, y que la labor más poderosa, pero
más simple que puedes hacer es reafirmar esa humanidad amorosa en todo lo que
haces...
Los actos sencillos, simples y
cotidianos cargados de amor, son la revolución silenciosa que está condenada al
éxito.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios