Siente que Dios te habla y te dice: Abandona la angustia y la
ansiedad por lo que pueda suceder en el futuro.
Afianza
tu confianza, no pretendas controlar todo y entrégate sereno
a mí que soy tu Señor y tu baluarte.
Deja
en mis manos tu futuro y dime frecuentemente "Señor, te amo y confío en
ti".
Tu
mente juega contigo, te impide aceptar la realidad
y te sumerge en el océano de las dudas.
Confía
serenamente y déjate llevar en mis amorosas manos,
no tengas miedo, yo
te amo.
Cuando todo parezca ponerse peor sigue confiando, haz actos de fe
y repite: "Padre, te amo y confío en ti".
No
te angusties con preocupaciones inútiles, levanta la mirada
y cree en los milagros.
Sigue con paciencia, paso a
paso, apóyate en los que te aman y di una y otra vez: "Señor, te amo y confío en
ti".
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