Si tú buscas en internet listas de los autos más malos que se han
producido, las encuentras.
Entre ellos están el Trabant alemán de 1957, el Edsel Ford de 1958 y el Amphicar de 1961, un desastroso auto anfibio.
Bien, la verdad es que esos autos fueron un fiasco pero
hay otro que es el más malo de todos: El autoengaño.
Es además peligroso porque impide hacer cambios ya
que produce una horrible
ceguera espiritual.
El autoengaño surge de un egoísmo colosal y de un
ego soberbio que fácilmente te lleva a ser un mitómano.
Te crees tus mentiras, inventas excusas para todo
y piensas que no tienes fallas o las minimizas con un cinismo descarado.
Por lo mismo, es imposible que mejores ya que bautizas tus vicios,
les pones colores y
crees que no necesitas
cambiar en nada.
¿Cuál es el antídoto para ese mal? Mucha humildad, consciencia
despierta y una espiritualidad que ilumina.
En la cultura japonesa aman al cerezo en flor que allá
llaman sakura, y también al bambú por su flexibilidad.
Su tallo es duro, pero no tiene la rigidez de un
roble o una ceiba y sus ramas se pueden doblar hacia el suelo.
Dicen que eso lo salva ante un tifón que puede
desgajar de raíz árboles mucho más gruesos y fuertes.
¿Eres elástico o rígido?
¿Haces resistencia a los cambios o con facilidad te adaptas a ellos o los impulsas?
Una persona rígida y obstinada no puede disfrutar unas buenas relaciones porque fácilmente cree que tiene la razón.
Su ego orgulloso le impide aceptar que sólo tiene
“su” razón, o sea una mini partícula de la verdad.
Crece en flexibilidad que encanta y te permite
adaptarte con facilidad y actuar con una amorosa humildad.
Jeshua en su vida y sus enseñanzas se destacó por la amorosa sencillez
y dijo: “El que se ensalza será humillado”.
Entre ellos están el Trabant alemán de 1957, el Edsel Ford de 1958 y el Amphicar de 1961, un desastroso auto anfibio.
¿Haces resistencia a los cambios o con facilidad te adaptas a ellos o los impulsas?
Una persona rígida y obstinada no puede disfrutar unas buenas relaciones porque fácilmente cree que tiene la razón.
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