Cuenta
la historia que un estudioso muy petulante subió a una barca en un lugar remoto
para navegar por un caudaloso río.
Ya embarcado, viendo una bandada de
aves, preguntó al humilde
barquero si había estudiado la vida de esos animales.
Y, cuando aquel respondió que no, le
dijo con arrogancia: "has
perdido la cuarta parte de tu vida".
Más tarde, ante unas plantas exóticas, le preguntó si había estudiado
botánica.
No, dijo el barquero. Entonces has perdido la mitad de tu vida.
El viaje continuaba, ya era mediodía y
el estudioso dijo: se ve que llevas mucho tiempo en este oficio, ¿Sabes algo sobre la naturaleza
del agua? No, señor, no sé nada, me dedico a amar mi trabajo, estar bien con
los demás y con eso me basta.
Pues has perdido las tres cuartas partes de tu vida.
De
repente la barca hizo agua rápido, se hundió
y el caudal los separó.
Luchando con la fuerte corriente el barquero preguntó al otro si
sabía nadar.
Él dijo que no y el barquero agregó: me temo que has perdido toda tu vida.
Una buena historia para los orgullosos
que abundan en casas y empresas, con mucho Ego y poco amor.
No, dijo el barquero. Entonces has perdido la mitad de tu vida.
Él dijo que no y el barquero agregó: me temo que has perdido toda tu vida.
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