Biblia cristiana; Nuevo Testamento; Evangelios; San Juan; La mujer adúltera (43:7:53 - 43:8:11)
Y se fue cada uno a su casa.
Pero
Jesús se fue al monte de los Olivos,
y muy de mañana volvió al templo. Todo el pueblo venía a
él, y sentado les enseñaba.
Entonces
los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y
poniéndola en medio,
le
dijeron: —Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el mismo acto de
adulterio.
Ahora
bien, en la ley Moisés nos mandó apedrear a las tales. Tú, pues, ¿qué dices?
Esto
decían para probarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia
el suelo, escribía en la tierra con el dedo.
Pero como insistieron en preguntarle, se enderezó y les
dijo: —El de vosotros que esté sin pecado sea el primero en
arrojar la piedra contra ella.
Al inclinarse hacia abajo otra vez, escribía en tierra.
Pero cuando lo oyeron, salían uno por uno, comenzando por
los más viejos. Sólo quedaron Jesús y la mujer, que estaba en medio.
Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: —Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno
te ha condenado?
Y ella dijo: —Ninguno, Señor.
Entonces Jesús le dijo: —Ni yo te condeno. Vete y desde ahora no peques más.
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