Hasta los 21 ó 22 años el cerebro está
continuamente madurando y su plasticidad es asombrosa.
Con
neuroplasticidad el cerebro puede adaptarse a nuevas
circunstancias o realidades.
Es lo que sucede cuando una persona queda ciega
y desarrolla más el tacto, el oído y otros sentidos.
Los principios para mejorar son siempre los
mismos: repetición,
adaptación, refuerzo y gratificación.
Estas son valiosas lecciones del sicólogo
británico Ian Creese experto en neurociencia y neurotransmisores.
El
ser humano puede construir nuevas memorias toda la vida y
aprender nuevas tareas.
Hay
que vivir aprendiendo y cuanto más aprendemos más cuenta nos damos de lo poco
que sabemos.
El ambiente es determinante para desarrollar
las habilidades. Todo fluye mejor en un clima de amor, estímulo y creatividad.
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