El
famoso siquiatra Carl Gustav Jung fue un enamorado de la mitología y conocía su
hechizo, su poder, su influjo.
Sabía que los mitos tocan lo más recóndito del alma y
conectan con el inconsciente colectivo que a todos no moldea.
Por eso no es raro que una persona sin
estudios hable de Edipo y Prometeo o de Ulises y las sirenas.
Los
mitos perduran y es bueno volver a ellos, profundizarlos y aprovechar su vasta
sabiduría.
Si lo haces, descubres cuál es tu talón de Aquiles, si eres un
Narciso o si se pareces a Pigmalión.
Piensa
bien en los puntos ciegos que te amenazan si abusas
del poder y sufres con los delirios del Ego soberbio.
Acaso te crees inmune, maltratas, eres hostil y un día caes como Aquiles porque descuidas tus puntos vulnerables.
Mejor no oigas cantos de sirena de los aduladores, sé
humilde, está alerta y gánale a Hércules con sus 12 proezas.
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