El sabio chino Lao- tse nos dejó en su
enseñanza mucha sabiduría y es bueno recordar algunos de sus pensamientos:
El que domina a los otros es fuerte; el
que se domina a sí mismo es poderoso.
La
suprema bondad procede como el agua: El agua llega a todas las cosas y las
favorece, porque no busca el poder.
Con
buenas palabras se puede negociar, pero para engrandecerse se requieren buenas obras.
No vayas contra lo que es justo para
conseguir el elogio de los demás.
Si das
pescado a un hombre hambriento, le nutres una jornada. Si le enseñas a pescar, lo nutrirás toda la vida.
El sabio no enseña con palabras, enseña
con actos.
Un
viaje de mil millas comienza con el primer paso.
Observa todo lo blanco que hay en torno
tuyo, pero recuerda todo lo negro que existe.
El hombre sabio se coloca en el último
lugar y sin embargo
es el primero. Acalla su ego y, por eso, sobrevive.
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