Aunque
no hay una fórmula que aplique a todas las relaciones, adoptar algunos
principios clave en tu corazón reducirá el conflicto y aumentará el flujo del
amor.
Estas siete leyes, son valiosas en relaciones amistosas,
de negocios, para las familias, matrimonios y relaciones de pareja.
Las personas suelen visualizar “idealmente” una relación
íntima con base en intereses compartidos, comunicación abierta, apoyo mutuo y
pasión. Cuando son
incapaces de generar este nivel de conexión emocional, piensan que tienen que
esforzarse más por crear relaciones perfectas. No existe una fórmula que aplique para todas las
relaciones, adoptar algunos principios clave, te permitirá reducir el
conflicto y mejorar el flujo del amor. Estas siete “leyes” son valiosas para
las amistades y relaciones en los negocios, así como en las familias,
matrimonios y relaciones íntimas.
Para
adquirir cualquier cosa en el universo físico, debemos renunciar a
nuestro apego a ella. Esto no significa que renunciemos a la intención de
cumplir nuestro deseo. No renunciamos a la intención ni al deseo; renunciamos
al interés por el resultado.
Renuncia
a tu necesidad de aprobación externa. Sólo tú eres el juez de tu valer; tu meta
es descubrir el infinito valor de ti mismo, sin dar importancia a lo que
piensen los demás. Al comprender esto se logra una gran libertad.
-Deepak Chopra
1.
Mis relaciones están basadas en la igualdad
Las relaciones basadas en la desigualdad podrán
sobrevivir, pero jamás prosperarán. El amor es la unidad que surge por verte a
ti en el otro y por ver al otro en ti. A pesar de las diferencias inevitables
en cuestión de finanzas, educación, belleza física o coeficiente intelectual,
tu reflexión profunda e irrefutable debe ser: no soy superior a ti, ni soy
inferior a ti. Somos manifestaciones diferentes del mismo ser subyacente y por
ende, tenemos el mismo valor.
2.
Mis relaciones son un reflejo de mí mismo
Si hay discordia en una relación, pregúntate cómo estás
contribuyendo tú a esa situación. Antes de culpar a la otra persona, busca en
tu corazón y analiza lo que puedes pensar, decir o hacer diferente para cambiar
la dinámica. Si buscas más atención, ¿tú podrías ser más atento? Si buscas más
afecto, ¿podrías ser más cariñoso?
Ver a los demás como un reflejo de ti mismo te permite
cambiar a la única persona que puedes controlar (tú), en lugar de frustrarte
por tu incapacidad de cambiar a los demás.
3.
En mis relaciones hay lugar para el cambio
Es común que las personas digan a su pareja, “No eres el
(la) mismo(a) con quien me casé. Esto normalmente se dice como acusación, pero
en realidad es un hecho. Cada individuo se deja llevar por el flujo del cambio
y dos personas distintas no necesariamente cambiarán de la misma manera y al
mismo ritmo.
Busca formas en que tu relación acepte y honre los
cambios inevitables de la vida, al mismo tiempo que se mantiene la conexión y
el compromiso para trascender dichos cambios.
Libérate
de la carga de los juicios. Al juzgar impones el bien y el mal a
situaciones que simplemente son. Todo se puede entender y perdonar, pero cuando
juzgas te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar. Al
juzgar a otros reflejas tu falta de autoaceptación.Recuerda que cada persona a
la que perdones aumenta tu amor a ti mismo. -Deepak ChopraLibérate de la carga
de los juicios. Al juzgar impones el bien y el mal a situaciones que
simplemente son.
Todo
se puede entender y perdonar, pero cuando juzgas te apartas de la comprensión y
anulas el proceso de aprender a amar. Al juzgar a otros reflejas tu falta de
autoaceptación.Recuerda que cada persona a la que perdones aumenta tu amor a ti
mismo.
4.
En mis relaciones, dejo el pasado atrás
En cada relación el otro experimenta conflictos o dificultades
que dejan huellas de resentimiento. Estos restos de batallas antiguas a menudo
se usan como armas en discusiones futuras.
Llevar el pasado al presente intensifica el conflicto y
pocas veces ayuda a satisfacer nuestras necesidades. Haz un esfuerzo por no
sacar asuntos del pasado al momento de tratar temas del presente.
5.
Elijo ser feliz en lugar de tener la razón
Si te enfrascas en una dinámica de ganar-perder, habrá
momentos en los que experimentas la euforia fugaz de ganar una discusión, así
como la frustración temporal de perderla. Sin embargo, ni ganar ni perder lleva
al amor.
La alternativa es ver más allá de las diferencias
evidentes y buscar puntos en común. Toma pasos pequeños dirigidos hacia la
postura del otro y pídele que haga lo mismo.
6.
Nutro mis relaciones con atención, afecto, aprecio y tiempo
Aquello en donde enfocamos nuestra atención cobra fuerza
en nuestras vidas. Por ende, si quieres que tu relación florezca, debes estar
dispuesto a nutrirla con abundante atención, afecto, aprecio y tiempo. Solemos
demostrar nuestras prioridades mediante la disposición que tenemos de dar estos
ingredientes vitales.
7.
Estoy listo para comunicar mis expectativas
Entre más conciencia tengas para identificar y comunicar
tus expectativas, es más probable que fomentes un vínculo sano y progresivo. Si
te sientes incómodo porque no estás recibiendo los frutos de tu inversión
emocional, pregúntate qué necesitas que no te están dando. Después comunica tus
necesidades de tal forma que sea más probable que las satisfagan. Esto incluye
escuchar lo que la otra persona necesita y estar dispuesto a negociar.
Comprométete
con el poder del amor y no dejes que se acumulen emociones tóxicas que
restringen a tu corazón, mejor enfócate en ese ser amoroso que tú puedes ser y
que mereces ser. Si escuchas la sabiduría de tu corazón te guiará hacia mayores
expresiones del amor.
Reemplaza la conducta que motiva el miedo por la conducta
que motiva el amor. El miedo es un producto de la memoria, que mora en el
pasado. Al recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a
asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita. Pero tratar de imponer el pasado al presente jamás
acabará con la amenaza del sufrimiento.
Eso
sólo ocurre cuando encuentras la seguridad de tu propio ser, que es amor.
Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, porque
tu fuerza interior es invulnerable al miedo.
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