Es
cierto que, gracias a las hormonas, las mujeres tienen menos probabilidades de
sufrir un infarto que los hombres. Sin embargo, tan pronto llega la
menopausia, dicha ventaja fisiológica desaparece, hasta el punto de que estas
no solo igualan el riesgo cardíaco del género masculino sino que lo superan.
El infarto es la primera causa de muerte y enfermedad en
el mundo. Incluso el primer evento puede ser mortal. Tanto que el 50 por ciento de las personas que lo
padecen muere antes de llegar al hospital.
No obstante, la creencia de que se trata de un problema
más de hombres que de mujeres, ha hecho temer a muchas, principalmente, de
males como el cáncer. Pocas
saben que por cada mujer con tumor mamario, mueren 10 por enfermedades
cardiovasculares.
Solo hasta la menopausia las mujeres tienen un corazón
más sano, por cuenta de las hormonas que intervienen en un mejor metabolismo de
calorías, grasa y azúcar.
“Lo que nos está preocupando muchísimo es que cuando la
mujer llega a premenopausia o menopausia ni siquiera se iguala sino que puede
superar el riesgo del hombre”, agrega la especialista.
De
cada tres mujeres en el mundo, una tiene enfermedad coronaria. Se estima
que si no se desarrollan políticas importantes para hacer prevención hacia
2020, dos de cada tres de ellas tendrían problemas de este tipo.
“Las mujeres
estamos muriendo principalmente del corazón”.
Durante el año 2010 las enfermedades del sistema
circulatorio representaron la causa más frecuente de mortalidad en mujeres al
producir el 32 por ciento del total de fallecimientos.
Según la cardióloga, en parte, la alta mortalidad se debe
a la falta de información, porque muchos síntomas son más inespecíficos: cansancio, debilidad,
falta de aire, molestia en el cuello, molestia en la boca del estómago,
palpitaciones, mareos, desmayos y dolor en la quijada.
Las
mujeres están ahora más expuestas al infarto que antes porque en la vida
moderna hacen más tareas, trabajan en la casa y en la calle. Además, están
sometidas a más estrés y hábitos como el cigarrillo y el licor.
A la lista se le suma que cada vez hay menos tiempo para el
ejercicio. Según la cardióloga, la obesidad se concentra principalmente
en el género femenino.
De acuerdo con los datos de la Ensin, entre 2005 y 2008
la obesidad aumentó un 2,7 por ciento en los hombres y un 3,5 por ciento en las mujeres.
El corazón de la mujer
Las diferencias entre el corazón femenino y el masculino,
corren por cuenta de los estrógenos.
Las hormonas hacen que las arterias de la mujer estén
blindadas contra la aparición de placas de colesterol y protegidas contra los
trombos.
Con
la menopausia, explica el médico, hay una disminución en el colesterol bueno y
aumento del malo.
El
corazón de las mujeres es diferente al del hombre por la cantidad de músculo
que tiene y las arterias coronarias son más delgadas para defenderse en
caso de un infarto.
Cómo
se puede prevenir
Deje de fumar.
Evite los fritos y los paquetes.
Haga deporte, 3 veces por semana.
Mida la glucosa con frecuencia.
Controle su estrés.
Disminuya el consumo de sal para reducir la presión
arterial.
Los
síntomas: Dolor en el pecho y en el brazo izquierdo, sobre todo en la parte
interna, puede ser un infarto.
Un
aparente y un simple dolor de muela o en el maxilar inferior puede ser señal de
un ataque cardíaco, que ocurre en la parte superior del corazón y se
irradia al cuello.
Es fácil confundir el infarto con un problema gástrico,
especialmente si la persona ha sufrido con frecuencia de gastritis o reflujo.
Peque por exceso y no por defecto. Consulte ante síntomas
extraños, sobre todo si usted es hipertensa, fumadora u obesa.
Los diabéticos deben tener presente que ellos, en medio
de un infarto, pueden no
sentir dolor en el pecho sino tener síntomas silenciosos, debido a las
alteraciones de las manifestaciones sensitivas. Algunos pueden llegar a
experimentar asfixia
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