Se trata de un trastorno
mental severo que se calcula sufren cerca de dos millones de personas en el
país, las cuales no son tratadas clínicamente y se encuentran en condición de
abandono por el Estado.
De todos los individuos con desorden bipolar –señala el informe–, el 80%
no ha sido diagnosticado. "Desafortunadamente el trastorno bipolar es una condición médica que
se desarrolla lentamente y solo se detecta su existencia cuando ha evolucionado
de forma grave o aguda".
Todos los seres humanos son bipolares; oscilan entre la alegría y la
tristeza, pero eso no es lo mismo que ser patológicamente bipolar donde la
intensidad, frecuencia y duración de los síntomas, se salen de los patrones
considerados como “normales”, típicos o comunes.
¿Cuándo empieza a manifestarse
la bipolaridad?
Se puede presentar más en el
adulto joven, la persona que está entre los 15 y 30 años de edad, con un 70% de los trastornos bipolares. Pero también puede arrancar
desde la niñez, entre lo 5 y los 15 años y hay otro pico que se presenta en la
edad geriátrica, mayores de 65 años.
¿En los mayores de 65, se podría confundir con otras enfermedades?
Sí, depresiones del adulto
mayor, otros tipos de demencia, elaboración mala del duelo, tumores,
enfermedades metabólicas.
¿Este trastorno puede conducir
al suicidio?
Sí, hay un riesgo muy alto. El bipolar tiene dos formas de presentación: manías o depresiones.
¿Cuáles son las manías?
El paciente habla más, puede
tener ideas grandiosas, creer que tiene mayores poderes, creer escuchar voces que le hablan y
que le dicen que tiene dificultades grandes y que cree ser capaz de abordarlas.
Son cantidades de variaciones del humor y pasar de estar demasiado feliz a
tener una depresión.
¿Y la fase depresiva?
La persona se siente anulada
que no es capaz de llevar su vida. Tiene ideas de muerte, de ruina.
Puede tener unos buenos ingresos económicos, pero sentir que no es capaz de
manejar su mundo y su vida y suicidarse. Una época de mucho riesgo es el fin de
año, cuando se disparan las cifras de suicidio.
¿Cuándo se identifica como leve?
La ciclotimia es un trastorno bipolar pequeñito, con el cual la persona
se destaca entre el grupo por ser al más alegre y dicharachero, pero tras de
eso, en algunos casos, se puede esconder la depresión. Estas personas en su
trabajo son muy agradables y después caen. Muchas veces se asimila que es la
forma de actuar de las personas.
¿Cómo se puede abordar?
Desde la prevención hay que
mirar si estas personas empiezan a tener problemas en el trabajo, si les genera mayor estrés o dificultad para manejarlo, si empieza a
contar que tiene épocas en que se deprime. La otra, que es muy importante, si
se asocia al consumo de sustancias.
¿Afecta las relaciones
familiares y laborales?
Por supuesto, aunque no es imposible vivir con una persona con alteraciones del
estado de ánimo. De hecho, si es una persona que tiene un buen seguimiento
(psicoterapia, medicamentos, si los requiere; psicología, psiquiatría) puede
continuar su vida usual, trabajar, llevar su familia adelante.
¿Cuando consultar?
Si el paciente no tiene
conciencia de lo que le sucede, la familia es la que debe buscar una manera de
ayudar. Hay que sensibilizar y buscar la manera para que la persona entienda
que necesita ayuda porque tiene un problema y consulte.
¿Deben estar siempre controlados?
Con la bipolaridad y con todas las enfermedades crónicas las personas
terminan cansándose de la medicación o el mismo sistema impide que tengan los
controles que necesitan. Muchas EPS optan porque el médico general siga
haciendo los controles, situación grave porque no se detectan las variaciones
mínimas para poder prevenir las crisis que van a llevar a que las personas
tengan que hospitalizarse.
¿Cómo debe ser el tratamiento?
La Ley Esperanza de Salud Mental (1616 de 2013), contempla el Plan de
Tratamiento Integral, que debe ser proporcionado por “Equipos Multidisciplinarios” conformados por
diferentes especialistas: psicólogos, psicólogos vocacionales, terapistas
ocupacionales, trabajadores sociales y deportólogos.
Durante su intervención, se
recomienda hacer ejercicio a diario, no trasnochar, respetar los horarios de
sueño, no consumir sustancias psicoactivas (SPA), alimentarse sanamente, tener
hábitos constructivos, no consumir alcohol o hacerlo en bajas dosis, tener
relaciones sanas, fortalecer la parte espiritual sin fanatismos, entre otros.
Con relación a la cura, es importante tener en cuenta
que la condición bipolar es genética, se hereda; su consecuencia es
una alta vulnerabilidad del cerebro al estrés. Una vez se desata el primer
episodio, se genera una cadena de nuevas crisis o recaídas. Por esto, la idea no es buscar la cura sino encontrar la estabilidad, a
través de la aceptación, comprensión y concientización del trastorno.
A diferencia de otros
trastornos afectivos, la bipolaridad incide en ambos sexos casi de la misma
forma. El primer episodio de hombres suele ser maníaco, mientras que en las
mujeres la costumbre es que sea el depresivo.
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