Vamos despidiendo los meses
y sintiendo que el año corre, o mejor, que la vida vuela y se va.
Para los romanos septiembre era el séptimo mes del año, y para nosotros
es ir pensando ya en la Navidad.
Pero en realidad debe
movernos es a amar el instante que huye y a valorar cada momento y cada
situación.
Lo bueno de ayudar a los enfermos mal llamados terminales es que para casi todos cada día
es un tesoro sin precio.
Algunos darían todo lo que poseen por ese tiempo que la mayoría dilapida en lo vano o lo superfluo.
Ellos se lamentan de no haber compartido más con sus seres queridos y de haber dedicado tanto tiempo a trabajar y trabajar.
¿Por qué será que valoramos lo esencial o lo que sí cuenta solo cuando
estamos a punto de perderlo?
Ahora bien, ¿de qué sirve leer esto y decir: “Me pone a pensar”?
Lo importante es que te
mueva a hacer cambios ya mismo.
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