1. Harás que tu promesa de mutuo amor y fidelidad sea un voto a Dios
válido hasta la muerte.
2. Te abstendrás de toda palabra violenta, que hiere más
profundamente que la espada.
3. Respetarás la personalidad de tu cónyuge y no tratarás de
dominarla ni tiranizarla.
4. No permitirás que ningún pariente político intervenga en el
manejo de tu hogar.
5. Te abstendrás de beber cuando el alcohol pueda ser peligroso para
cualquiera de los dos.
6. Harás un presupuesto familiar y lo cumplirás.
7. Evitarás las mezquindades, rezongos, egoísmos, celos y falsa dignidad.
8. Aumentarás diariamente en consideración y afecto hacia tu cónyuge
y compartirás al máximo tus intereses y placeres.
9. Amarás a tus hijos como el don supremo de Dios y los educarás para que
sean buenos ciudadanos con firmes sentimientos de honor, respeto y
justicia.
10. Rezaras todas las noches con tu cónyuge y tus hijos, sabiendo
que la familia que reza unida, permanece unida.
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