El apego por algo, no es problema de ese algo sino
de la mente. Si se siente apego por un objeto y se desea tener y poseer, el
problema no es del objeto, sino de la mente, que es la que genera la idea de
querer tenerlo.
Así, una persona que se apegue, se apegará igual
tenga o no tenga cosas por las que apegarse, pues el problema está en la mente,
no en las cosas.
Si una persona vive sin nada, es pobre y no tiene
nada, podrá siempre buscar algo a lo que apegarse, por ejemplo, si no tiene
nada, podrá apegarse a sus pensamientos, a sus ideas, etc., porque el problema no está en el objeto de apego, sino en
la mente y por eso hay que sanar la mente y lo que hay que hacer, no es
desprenderse del objeto o de ese objeto material que tanto quieres, sino en
mantener la mente apartada de esa idea de apego que la mente genera hacia el
objeto, incluyendo los pensamientos, porque también podemos estar apegados a
los pensamientos, pero lo que hay que hacer, no es regalar los pensamientos
entre otras cosas porque los generamos nosotros y no podemos porque son nuestros
y forman parte de nosotros, pero sí que podemos apartarlos y volver al momento
presente cada vez que nos venga un pensamiento, cada vez que surja el
pensamiento y así podremos apartarlo, centrando nuestra atención en este
momento y no siguiendo la cuerda, el juego del pensamiento porque el
pensamiento juega con nosotros, se ríe de nosotros y esto le encanta, se
divierte mucho, porque nos maneja a su antojo, como él quiere, nos lleva de un
sitio para otro y nosotros le seguimos a donde él nos dice como marionetas,
como autómatas, por eso, para desprenderse del apego, es necesario apartar los
pensamientos.
El problema no está en los objetos, en las cosas,
sino en nuestra mente por eso debemos curar nuestra mente y no deshacernos de
los objetos que nosotros creemos que sirven de apoyo para nuestro apego ya que el apego está en la mente, no en el objeto, por eso
debemos curar nuestra mente, no el objeto ya que si no curamos nuestra mente,
estaremos toda la vida apegados, si no a una cosa será a otra, si no nos
apegamos a nada material, nos apegaremos a nuestros pensamientos, pero siempre
habrá algo por lo que apegarse.
Una persona
pobre puede parecer que no está apegada porque no puede apegarse a nada, porque
no tiene nada, pero el hecho de no tener nada, no quiere decir que no esté
apegada ya que todo el mundo que no está iluminado, está apegado al deseo y el
deseo es lo que hace que nos apeguemos a una cosa u otra movilizando nuestro
deseo hacia ese objeto o cosa y con eso lo único que conseguimos es seguir
apegándonos al deseo porque el deseo hacia un objeto o cosa, lo mantiene vivo y
hace que no desaparezca y que dicho deseo permanezca gracias al apego por ese
objeto o cosa que lo mantiene vivo, por eso, una persona no iluminada, desea, y
por eso siempre será vulnerable al apego material o al apego a los pensamientos
e ideas que no son más que apego al deseo que lo alargan y lo mantienen vivo,
pero si esta persona, elige desapegarse, elige liberarse del deseo, haciendo
por ejemplo, meditación y sobretodo y lo fundamental, no haciendo caso al ego,
a su yo, entonces se libera, ya sea rica o pobre porque un pobre puede no tener
nada pero puede pasarse toda su vida deseando tener algo, entonces en este
caso, estará igual o más apegado que un rico.
Pero todo lo que nos pasa forma parte de nuestra
experiencia, cuantas más experiencias tengamos, más aprenderemos de ellas, por
eso pienso que es necesario apegarse para cansarse del apego a lo material y
llegar a darse cuenta de que se necesita la felicidad, no el apego ni el deseo.
Nosotros elegimos nuestras experiencias, pero si lo que se necesita, en cambio, es
liberarse del apego y del deseo, esto a pesar de también ser apego, será un
apego más sublime y espiritual y entonces, haremos meditación y trataremos de
liberarnos del apego y del deseo, es entonces, cuando comienza nuestro camino
espiritual y aunque alguna vez recaigamos de forma temporal de nuevo en el
apego material, se controlará y se mantendrá uno alejado de él porque conocerá
cuál es su camino espiritual y se seguirá en él.
La meditación nos ayuda a liberarnos del apego y
del deseo, por eso es tan
importante y una vez que hemos comprendido que queremos desapegarnos,
seguiremos el camino del desapego hacia la iluminación de forma directa.
En principio
seremos Hinayana, vehículo que desea la iluminación para uno mismo, pero
deberemos practicar el Mahayana aunque deseemos la felicidad sólo para nosotros
y esto se hace diciendo: "Deseo la felicidad para todos los seres".
Por eso es tan importante la meditación, porque nos
enseñará desapegarnos y a liberar la mente de nuestro apego, de nuestro deseo,
de nuestra necesidad y nos hace cada vez más libres.
El deseo es ya de por sí un apego y la forma de
liberarse del deseo es llenándonos de amor, practicando la bondad, el amor a
los demás, y haciendo
meditación pues el deseo siempre busca algo por lo que apegarse y mantenerse y
siempre lo encuentra, pero la meditación lo que hace es disolverlo, hacerlo
desaparecer.
Habría un caso
que sería no hacer nada, pero aquí el deseo se manifiesta también como
aburrimiento y como deseo de hacer algo, pero si en este momento apartamos de
nosotros el aburrimiento, esto
sería meditación ya que reduciríamos nuestro deseo y hasta en algún instante
podríamos llegar a experimentar la ausencia de deseo.
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