Cuando vamos a la montaña a practicar deportes de invierno en la nieve, a lo largo de un día soleado, es muy probable que estemos sometiéndonos al doble de radiaciones solares que si estuviéramos en la ciudad . Esto viene explicado por dos factores: el reflejo de la nieve y la altura a la que nos encontramos. La nieve funciona como un auténtico espejo, ya que en ella se refleja el 80% de las radiaciones solares ; además, el impacto de los rayos ultravioletas es mayor cuando estamos a más altura (aumentan un 10% cada 1.000 metros).
Precauciones para un día de nieve en la montaña
Las radiaciones solares suponen importantes riesgos para el bienestar de los ojos y la piel. Por esta razón es fundamental recordar lo siguiente:
1. No te olvides las gafas de sol
Se trata de un elemento imprescindible para evitar
molestias oculares y problemas graves que pueden ser irreversibles en el
futuro. Si dejas sin protección a tus ojos puedes padecer lesiones maculares,
cataratas precoces, queratitis o conjuntivitis, entre otras dolencias. Mejor si
son polarizadas y con lente espejada, ya que te ofrecerán una mayor calidad en
la visión mientras practicas deporte, evitando los incómodos reflejos. Los
cristales de colores anaranjados o con tonos amarillos son ideales para los
días nublados. Sin embargo, si el día es soleado, son perfectos los cristales
marrones o verdes, ya que permiten percibir más claramente los contrastes.
2. Protege e hidrata tu piel
Recuerda aplicarte una loción en la cara y las partes del
cuerpo que quedan al descubierto. Es conveniente echarse la crema solar quince
minutos antes de entrar en contacto con las radiaciones solares. Aunque sea
invierno, debes usar un nivel alto de protección, ya que el riesgo de quemarte
es más alto que en condiciones normales.
También debes tener en cuenta que con el frío la piel se
deshidrata, por eso intenta conseguir una crema solar que además de protegerte
te hidrate.
3. Cuida tus labios
Utiliza los protectores labiales que se venden
específicamente para la nieve, ya que tienen un mayor nivel de protección. El
frío, el sol, el viento y la nieve hacen que los labios se estropeen.
4. Si está nublado también debes protegerte
No confíes en que tus ojos y tu piel están más seguros en
un día con nubes. Ten en cuenta que las radiaciones UVA son mayores en
invierno.
5. Acude a un profesional en caso necesario
Si olvidaste tomar estas precauciones y has sufrido daños
en la piel o los ojos por una exposición prolongada, no dudes en acudir a un
médico. Lleva siempre a mano los datos de tu seguro médico o tu centro de salud
habitual para acudir cuanto antes.
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