La Torre de Babel, pintura al óleo sobre lienzo de Pieter Brueghel el Viejo.
La Torre de Babel es una edificación significativa mencionada en el judeocristiano, la cual fue construida por los hombres en tiempos inmemoriales y que se suele asociar con el histórico zigurat Etemenanki de la antigua ciudad de Babilonia .
Este edificio, en cuyo cúspide estaba la Esagila -templo dedicado a Marduk-, originalmente tenía siete pisos de altura y más de 91 metros, pero pocos de sus restos permanecieron en la actualidad.
La Torre de Babel no solo es una edificación clave en la
tradición judeocristiana y mencionada en el antiguo Testamento, sino también
pertenece al ideario universal y su historia ha trascendido generaciones. Pero la leyenda de la torre reposa sobre
una realidad, pues existía en efecto en Babilonia una construcción de varios
pisos y de origen desconocido, que era ya restaurada en tiempos de Nabopolasar
(625-605 AC), fundador de la dinastía caldea.
Incluso, esta
construcción se llamaba Etemenanki, que puede ser interpretado como «la mansión de lo alto entre el
cielo y la tierra», concordando con las principales interpretaciones del
capítulo 11 del Génesis que
afirman sobre la construcción de la torre, que los hombres pretendían alcanzar
el Cielo. Una inscripción que data del tiempo de Nabopolasar señala:
"Marduk (el gran dios de Babilonia) me ha ordenado colocar sólidamente las
bases de la Etemenanki hasta alcanzar el mundo subterráneo y hacer de este modo
que su cúspide llegue hasta el cielo". En otra inscripción, de los tiempos
de Nabucodonosor, se precisa que la decoración de la cúspide estaba hecha de "ladrillos de esmalte azul
brillante, es decir, adornada del color del cielo, perfectamente
adaptado para dar la impresión de que el edificio se perdía en el azul
infinito.
No se sabe exactamente cuándo fue construido Etemenanki,
la torre de Babel, pero probablemente existía antes del reino de Hammurabi
(hacia 1792-1750 a. C.).
Todos los arqueólogos occidentales intentaron ubicar esta
famosa construcción en la zona del actual Irak. Entre otros sitios, fue buscada en Akar Quf (al oeste de Bagdad),
donde antaño existió Dur Karigalzu (las ruinas retorcidas de cuyo zigurat,
identificado por algunos viajeros con la Torre de Babel, todavía desafía a los
vientos que la han modelado); y en Birs Nimrud, donde se encuentran las ruinas
de la antigua Borsippa, situada cerca de los restos de la antigua Babilonia,
hacia el suroeste.
En 1913, el arqueólogo Robert Koldewey encontró una
estructura en la ciudad de Babilonia que él identificó como la torre de Babel.
Esta torre habría sido destruida y reconstruida en numerosas ocasiones, debido al cambiante destino de la zona. La
destruyeron los asirios y también los arameos. Y fue reconstruida en varias oportunidades
por los príncipes caldeos, entre ellos Nabopolasar (625-605 a. C.). Se estima que la construcción
más antigua de la «Casa de la Fundación del Cielo y de la Tierra» se construyó
durante el III milenio antes de Cristo.
Hoy solo se
conservan ruinas de ella ya que su construcción fue hecha con materiales muy
sensibles a la intemperie.
El Libro de los
Jubileos contiene una de las historias más detalladas que se encuentran sobre
la Torre.
Comenzaron a construir y, en el cuarto septenario, cocían
al fuego ladrillos que luego utilizaban como piedras. El cemento con que las
unían era asfalto que brotaba del mar y de unos pozos de agua en la tierra de
Sennaar. Los constructores tardaron unos cuarenta y tres años: la altura fue de 5.433 codos y dos palmos;
la anchura, unos doscientos tres ladrillos, cada uno de una altura de un tercio
de sí propio, la extensión de un muro, trece estadios, y la del otro, treinta.
(Jubileos
10:20-21)7
Literatura rabínica ofrece muchos relatos diferentes
sobre las causas para la edificación de la Torre de Babel, y de las intenciones
de sus constructores. Según el Midrash los constructores de la torre, llamados
en las fuentes judías como "la generación de la secesión", dijeron: "Dios no tiene derecho a
elegir el mundo superior para sí mismo, y dejar el mundo inferior para
nosotros, por lo que vamos a construir nosotros una torre, con un ídolo en la
parte superior sujetando una espada, de modo que pueda reflejar nuestra
intención de hacerle la guerra a Dios."
La construcción
de la torre estaba destinada no solamente a desafiar a Dios, sino también a
Abraham, quien exhortaba a los constructores volverse a la reverencia. El pasaje menciona que los
constructores proferían duras palabras contra Dios que no se citaban en la
Biblia. Ellos imaginaban que Dios cada cierto tiempo vaciaría el agua
del cielo, por tanto levantarían varias columnas para que no haya otro diluvio.
De acuerdo con otra cuenta cabalística misteriosa, una
tercera parte de los constructores de la torre fueron castigados al ser
transformado en criaturas semi-demoníacos y desterrados en tres dimensiones
paralelas, habitadas ahora por sus descendientes.
El origen de las
lenguas
Confusión de las lenguas, representación de Gustave Doré.
La historia de la
torre de Babel atañe a uno de los temas más universales del relato mítico
fundacional. Las
religiones y los mitos étnicos suelen darnos explicaciones acerca de los
orígenes y el desarrollo del lenguaje oral. La mayoría de las mitologías
no creen que el hombre sea el inventor de la lengua, pero si se cree en un
lenguaje divino que antecede a las lenguas humanas. El Lenguaje místico usado para comunicarse con los
animales o espíritus, como el lenguaje de los pájaros, también se hacen comunes
en los relatos y fueron de especial interés durante el Renacimiento.
En el relato de
la torre de Babel, del libro de Génesis en el Antiguo Testamento, Dios "castiga" a la
humanidad por su arrogancia y confrontatividad exponiendo al hombre a la
confusión de lenguas. Pero este castigo es al mismo tiempo un don que no
solamente limita y restringe sino que también define y proyecta al hombre en
sus posibilidades. Un
castigo, que como el castigo de Adán y Eva, abre las posibilidades a nuevas
opciones. La confusión implica la posibilidad de volver a aprender y el
hombre debe ir en ese camino hasta encontrar la claridad que le haga superar el
odio y la confrontación. Solo así podrá superar la confusión y aprender un
nuevo idioma que lo identifique con el prójimo.
Podemos ver que
historias parecidas se repiten como en el cuento de la tradición sumeria
llamado Enmerkar y el señor de Aratta que ya se ha explicado en el punto
anterior. Un grupo de personas de la isla de Hao, en la Polinesia también
cuentan una historia muy similar a la historia de la torre de Babel; "que había un dios que en
un momento de ira persiguió a los constructores de la ciudad, destruyó un
edificio y cambió el lenguaje del pueblo, por lo que todos hablaban diferentes
idiomas".
Finalmente en el Nuevo Testamento de la Biblia, se termina redondeando la historia de la dispersión de las lenguas hecha en el Génesis con el relato de la torre de Babel. En el libro de Hechos de los Apóstoles (2,1-41) se hace mención al descenso del Espíritu Santo y la restauración del hombre. Esta restauración se manifestó en el Pentecostés con el milagro del "hablar en lenguas". Si en el principio el hombre terminó confundido, ahora esa confusión se supera en el entendimiento mutuo que hay en las personas que se encuentran con el Señor. El milagro del "hablar en lenguas" del Pentecostés refleja que el amor de Dios es el nuevo idioma que permite a los hombres entenderse relacionados.
El hombre ya no debe buscar la confrontación contra Dios o contra su prójimo,
porque Dios es amor y al contrario, al identificarse con Él, es posible que todos nos podamos encontrar y nos podamos entender.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios