Un buen hombre vendía perros calientes.
No era estudiado pero amaba su trabajo y le iba muy bien.
Tenía
los mejores proveedores y vivía
en paz con su esposa que le ayudaba y con su hijo.
El negocio prosperaba.
Envió
a su hijo a estudiar Economía y, un día, ya graduado con honores, volvió a casa y a los días le dijo a
su padre.
-
Papá, vives desconectado de la realidad y no ves televisión.
Hay una gran crisis en el mundo y la situación del país es inquietante.
Para
evitar una quiebra debes
subir el precio a los perros, despedir dos de los cuatro empleados y comprar
productos más baratos.
El
papá dudaba pero pensó "mi hijo es estudiado".
Entonces buscó pan y salchichas más baratos y malos, y dejó de invertir
en avisos.
Pensando
en la crisis perdió el
entusiasmo, las ventas cayeron y finalmente quebró.
Un
día el padre le dijo al hijo: Tenías razón, qué crisis tan terrible.
Nunca se dio cuenta que la crisis la habían creado ellos mismos.
No era estudiado pero amaba su trabajo y le iba muy bien.
Hay una gran crisis en el mundo y la situación del país es inquietante.
Nunca se dio cuenta que la crisis la habían creado ellos mismos.
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