Por este procedimiento se dan casi la mitad de los
nacimientos en Colombia, pero
tiene riesgos.
La cesárea es la cirugía que ayuda al nacimiento de un feto
a través de una incisión del útero por vía abdominal, y, aunque en Colombia
casi la mitad de los partos se dan por este procedimiento, no deja de ser una
cirugía que tiene indicaciones, riesgos y recomendaciones.
Como procedimiento, debe ser decidido por el médico,
pero con el consentimiento de la madre. En promedio dura 45 minutos y se
recomienda que la mujer dure hospitalizada al menos 48 horas.
Repasando su historia, la
cesárea ya era conocida 700 años antes de Cristo. Se cree que una ley romana
dictada por Numa Pompilio, conocida como lex caesarea, recomendaba su uso para sacar los bebés del
vientre de una madre que acababa de morir con el fin de enterrarlo
separadamente. Valga decir que en raras ocasiones se hacía para salvar
la vida del feto.
Según la leyenda, Julio
César nació con esta operación por allá en el año 100 antes de cristo, y de ahí
provino su nombre. El primer procedimiento en el que sobrevivieron madre e hijo
fue en 1500, cuando Jakob Nufer, un castrador de cerdos en Suiza, la realizó a su esposa.
En 1751 se definió por
primera vez por escrito que la cesárea debería realizarse en todas las mujeres cuyo parto
natural fuera imposible y se indicaba como la oportunidad para salvar
vidas. Sin embargo, la operación casi siempre era fatal: en el siglo XIX en
Gran Bretaña, el 85 por ciento de las madres morían.
Años después se describieron las guías técnicas, llegaron la
anestesia, los antibióticos, las transfusiones y la tecnificación, que ayudaron
a reducir la mortalidad hasta convertir
esta cirugía en una práctica segura para madres e hijos y un procedimiento
necesario para cerca del 15 por ciento de todos los partos en el mundo, aunque
ese porcentaje se ha desbordado en regiones como Latinoamérica, valga decirlo.
Porcentaje ideal
Aunque la tasa más
adecuada es desconocida, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1985, recomendó como objetivo una tasa
del 10 al 15 por ciento de todos los nacimientos en los países en desarrollo.
En el año 2015, una
publicación de la revista Jama, basada en datos de 194 países, concluyó que
porcentajes de parto por cesárea de aproximadamente el 19 por ciento se asocian con niveles óptimos de
mortalidad materna y neonatal. Tasas más altas podrían vincularse a
efectos negativos como morbilidad y mortalidad maternas severas, aumento en el
ingreso a unidades de cuidados intensivos neonatales y consumo de recursos
sanitarios.
La proporción de partos
por cesárea se ha incrementado a niveles sin precedentes en Suramérica con
tasas que se acercan al 50 por ciento. En Colombia, según el Dane, subió de 24,9 por ciento en
1998 a 46,2 por ciento en el 2014.
Tipos de cesárea
Según el momento en que se decide, se denomina electiva o
programada –antes de comenzar el parto– o de emergencia –durante las labores–. También se clasifican según el sitio del útero donde se hace la incisión:
segmentaria, la más usada, de relativa simplicidad y permite un rápido acceso a
la cavidad uterina; o clásica, en la que pese a que la vía de acceso es la
misma, la incisión es longitudinal. Tiene la ventaja de permitir una rápida
extracción del bebé, pero reporta pérdida mayor de sangre; es más difícil de
reparar y tiene mayor riesgo de ruptura en un posterior embarazo.
Actualmente, por razones estéticas, la incisión que más se
usa es la transversal, que va por encima
del pubis y ocasionalmente se realiza una incisión media por debajo del
ombligo.
¿Cuándo hay que hacerlas de urgencia?
Cuando existen condiciones que pueden hacer que el parto
vaginal sea de alto riesgo. Entre ellas
están la no dilatación adecuada del cuello uterino, que el bebé no descienda lo
suficiente por el canal del parto, que la frecuencia cardiaca del bebé tenga
fluctuaciones importantes o que el cordón umbilical salga primero que el feto.
También cuando la placenta se desprende primero o hay infecciones en el canal
genital.
¿Es mejor cesárea o parto natural?
Lo natural siempre es mejor. De ahí que un parto por vía vaginal, que es el natural, en caso de que
no haya ninguna complicación es el más indicado y seguro. Siempre que se pueda
evitar una cesárea innecesaria se está obrando a favor del bienestar conjunto
de madre, hijo y su familia.
¿Mamás pueden escoger la fecha?
La decisión es del médico y toda la responsabilidad recae
sobre él, de ahí que se debe respetar la indicación clara de una cesárea en la
que la voluntad de la madre o los caprichos que se salgan de la verdadera
necesidad de esta cirugía no tienen cabida.
Riesgos y complicaciones
Aunque son raras, las complicaciones de este
procedimiento pueden ser las mismas de una cirugía de esa dimensión. Por
ejemplo, puede haber infecciones, hemorragias, dolor después del parto y, en
algunos casos rarísimos, lesionar otros órganos como la vejiga o el intestino.
Sin embargo, quizás la mayor complicación es que cada cesárea aumenta el riesgo
de embarazos futuros, además de que hay mayores probabilidades de malas
implantaciones normales de la placenta.
¿En qué casos está indicada?
Algunas mujeres tienen claro con anticipación que van a
requerir cesárea. Es el caso de quienes
ya se han sometido a la cirugía, cuando hay embarazos múltiples, cuando el bebé
ha crecido demasiado, y más si esto es por causa de una diabetes, o si hay
antecedentes de partos naturales con recién nacidos grandes. Es casi siempre
una indicación obligada cuando el bebé está de nalgas o atravesado, lo mismo
que en los casos en los que la placenta está en la parte baja del útero, o
cuando hay una obstrucción que impide el parto vaginal.
Así mismo, en casos en los que los bebés padezcan
enfermedades o anomalías incompatibles con el parto vaginal. Por último, es
indicada cuando existen infecciones, como por ejemplo el VIH, y se encuentra
que la carga viral es muy alta.
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