Para
evitar enfermedades e infecciones en la piel, en el sistema gastrointestinal y
en el urinario, se debe tener una buena higiene personal desde la infancia.
Para evitar enfermedades e infecciones en la piel, en el
sistema gastrointestinal y en el urinario, se debe tener una buena higiene
personal desde la infancia. Los niños tienen una gran capacidad para aprender, así que
desde los primeros años de vida podemos fomentar en ellos buenos hábitos de
aseo personal.
Algunos consejos básicos sobre la higiene de los
pequeños.
Haz
que se laven las manos con agua y jabón siguiendo este orden: primero las
palmas, luego el dorso y, finalmente, entre los dedos.
El
baño debe ser diario, desde que los niños son recién nacidos, ya que la
piel puede sufrir irritaciones e infecciones incluso a muy temprana edad. Hay
que poner especial cuidado al lavar axilas, ingles y otros pliegues donde se
acumula el sudor. Para lavar la zona genital de las niñas, hay que separar con
cuidado los labios vulvares y usar agua y jabón. En el caso de los niños, desde
recién nacidos se les debe lavar el pene retrayendo el prepucio suavemente a
fin de evitar infecciones.
Una vez iniciado el proceso de control de esfínteres, hay que enseñarles hábitos de
higiene. En especial en el caso de las niñas, la limpieza de la zona
anal debe ser de adelante hacia atrás, para evitar infecciones urinarias. Haz
que se laven las manos siempre que vayan al baño.
La
higiene bucal debe iniciar desde los primeros meses de vida; con una gasa
húmeda, limpia suavemente las encías del bebé y sus primeros dientes.
Conforme crezca, haz que se lave los dientes con un cepillo de cerdas suaves
adecuado a su edad, y sólo con agua. Cuando aprenda a escupir, debe usar un
poco de pasta de dientes. Enséñale a cepillarse los dientes superiores hacia
abajo, los inferiores hacia arriba, y las muelas con movimientos circulares, y
a enjuagarse con agua para eliminar el resto de pasta dental. Es importante que
los niños se laven los dientes al menos dos veces al día.
La manera correcta
de limpiarse la nariz es oprimiendo primero una fosa nasal y luego la otra,
nunca las dos a la vez.
Lava
las orejas del niño con agua y jabón y sécalas suavemente con una toalla. No
hay que usar hisopos ni introducir otros objetos porque se puede dañar el
tímpano.
Las uñas deben estar limpias y recortadas, ya que en
ellas pueden alojarse gérmenes.
El cambio de ropa, tanto interior como exterior, debe ser
diario. El calzado debe estar lo más limpio posible.
Dormir
bien también forma parte de la buena salud. Por lo general los niños de
edad preescolar deben dormir entre 10 y 11 horas diarias, y los de edad
escolar, entre 9.5 y 11 horas todas las noches.
Establece
una hora fija para ir a la cama, y una rutina que elimine distracciones y cree
un ambiente de relajación: cuéntales un cuento a los niños, cántales una
canción de cuna y despídete con un beso de buenas noches.
Establece rutinas para la hora de levantarse, hacer las
comidas, realizar la tarea escolar, jugar y bañarse. Define el tiempo para ver
televisión y la hora de dormir.
Pon
límites firmes pero amorosos.
No olvides que los adultos somos un ejemplo para
los niños, y que ellos aprenden lo que ven y escuchan. Seamos congruentes para
evitarles confusiones.
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