Acaso
alguna vez te has preguntado: ¿Cómo puedo hacer para amar libremente y sin
apegos?
No es fácil y para hacerlo necesitas llenar tu corazón de
amor a ti mismo y a Dios.
Amarte
mucho es el mejor camino para no ir por la vida mendigando
cariño y siendo posesivo.
Ser muy espiritual te impide crear ataduras
con lo material o las personas porque aceptas que todo es prestado.
Todo
apego desnuda miedos ocultos a la carencia o a no ser
feliz sin alguien o sin algo.
Por
eso debes cifrar la felicidad en ti mismo, no fuera de ti
hasta que puedas decir: “Te amo pero soy feliz sin ti”.
Medita con frecuencia y visualízate amando con
libertad y soltando a los
que dices querer.
Acepta
la realidad de la impermanencia de todo:
Todo
se pierde algún día menos tu espíritu y tu amor.
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