Hoy es un día radiante si reconoces que tu vida depende, no de los
hechos, sino de cómo los interpretas.
En otras palabras, depende de cómo manejas la realidad y de
tus respuestas a las propuestas del destino.
No puedes cambiar muchas circunstancias, pero sí puedes cambiar y
controlar tus reacciones.
Tú eliges hundirte con los débiles o levantarte con los fuertes,
bendecir con los creyentes
o renegar con los desconfiados.
A tu lado encontrarás enfermos en paz y sanos
inconformes, ciegos
felices y videntes amargados.
Toma conciencia de esto y busca siempre razones para creer
y motivos para soñar.
El camino nunca es fácil, pero jamás sucumbes cuando andas con Dios y te apoyas en la fe y en el amor.
El Padre nunca te deja a la deriva; Él te da fuerzas para afrontar
los azares y estar a salvo de la desesperación.
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