De
alguna u otra manera en algún punto de nuestro camino tratar con gente tóxica
va a ser inevitable. Personas narcisistas, mentirosos compulsivos, sociópatas,
manipuladores, “chismosos”, “víctimas crónicas”, estos son algunos ejemplos de
gente tóxica con la cual nos podemos topar en nuestra vida en cualquier ámbito.
La
gente tóxica siempre encuentra la manera de introducirse en la vida de las
personas, creando conflictos y caos con el fin único de satisfacer sus
necesidades egocéntricas. Las acciones de la gente tóxica provienen de su
propia psicología llena de inseguridades que los lleva a arrastrar a las
personas a su propio agujero negro emocional, también inestable y caótico.
Estas son las estrategias que personas inteligentes y
“sabias” utilizan para lidiar asertivamente con personas tóxicas evitando daños
colaterales en sus vidas.
1.
Ignoran a aquellas personas que buscan constantemente llamar la atención
de alguna manera.
Es muy común que una persona tóxica se coloque en el
“centro de la escena” y
quiera ser protagonista a toda costa, en cualquier situación o lugar.
Aún encontrándose en una situación donde otro es el centro, ya sea armando un
drama por algo insignificante y arruinando el clima o bien, contando historias
autorreferenciales de manera histriónica, o bien interrumpiendo constantemente
la conversación de otros, haciendo monólogos, hablando demasiado alto, riéndose a carcajadas exageradas,
etc.
A menudo si no reciben la atención que desean generan
caos y se vuelven destructivos en sus comentarios y acciones. Una persona tóxica intentará
monopolizar la situación. Un grupo social jamás debiera girar en torno a
una persona así. Si este fuera el caso, la forma más saludable de actuar es
ignorar a la persona tóxica (o por lo menos restarle atención) y no permitirle ocupar el centro
de la escena procurando que el resto del grupo tenga la atención que se merece.
2.
No comparten secretos ni critican a los demás a sus espaldas.
Las personas tóxicas suelen compartir “secretos íntimos”
con otras personas con el único fin de captar su atención y parecer
“interesantes”. Las personas tóxicas suelen criticar mucho a los demás a sus
espaldas, y chismosear respecto de las vidas de los otros. Si te encuentras con
una persona así, no creas que está compartiendo esta información contigo porque
confía en ti y eres especial para ella, lo hace simplemente para acaparar tu
atención, para generar una falsa alianza. A tus espaldas también te criticará
con otras personas y te traicionará.
No
caigas en su trampa: evita intimar con una persona tóxica, no le cuentes
tus secretos, ni siquiera te sinceres en lo que piensas de los demás porque la
persona tóxica se encargará que el destinatario se entere de tus pensamientos y
si no quieres que esto suceda, simplemente evita abrirte a una persona tóxica.
La información es poder, y ellos saben muy bien cómo utilizarla.
3.
Pasan mucho tiempo con sus verdaderos amigos del alma.
En contraste con las personas tóxicas, la gente sabia e
inteligente utiliza su tiempo para compartirlo con aquellos que realmente valen
la pena. Las personas sabias sabrán construir una red de contención social lo
suficientemente fuerte y “noble” como para sostenerlos en tiempos difíciles,
aunque esa red conste de pocas personas. Pocas pero muy confiables y valiosas.
Saben
que no tienen que ser “amigos de todo el mundo” ni caerle bien a todos.
Eligen minuciosamente a aquellas personas que valen la pena y construyen
relaciones perdurables a lo largo del tiempo. Las personas inteligentes
reconocen que amigos de verdad hay pocos, y saben conservar su amistad a lo
largo de la vida. La gente inteligente no deposita su confianza y fidelidad en
cualquiera y mucho menos en personas tóxicas.
4.
Evitan a la gente manipuladora.
Las personas manipuladoras pueden arruinarte la vida. Con
el propósito de conseguir sus objetivos estas personas intentarán manejar tus
sentimientos a su antojo, persuadiéndote a actuar como ellos desean. Las
personas inteligentes ante la menor señal de intento de manipulación pondrán un
límite sano, no permitiendo que esto suceda.
¿Cómo
percibir a una persona manipuladora? Si constantemente te sientes triste,
enojado, desequilibrado, confuso, menos valioso, incapaz y tonto cuando
estás con determinada persona, significa que estás frente a una persona
manipuladora.
5. Esperan a que los mentirosos se “pisen” solos.
Esperan
inteligentemente a que en algún momento los mentirosos, que son gente
tóxica, se equivoquen, y terminen por exponer el fraude tarde o temprano. Las
personas sabias intuyen sus mentiras y no se dejan caer en sus trampas.
6.
No se dejan envolver en “dramas ajenos”.
La mayoría de las personas guardan para su fuero íntimo
sus conflictos personales o problemas. Las personas tóxicas suelen ventilar sus dramas y hacer
participar a todos a su alrededor en ellos, persuadiendo a que tomen
partido por ellos en contra de otros involucrados. Las personas sabias e
inteligentes utilizarán el siguiente argumento para escaparle a la toxicidad.
“Nada de esto me incumbe, no tiene nada que ver conmigo ni con mi vida, por lo
tanto no me meto”.
7.
Combaten cualquier tipo de “bullying”.
Combatir cualquier tipo de bullying o discriminación es
muy importante ya que si bien las personas normales son básicamente decentes y
compasivas, no es este el caso de las personas tóxicas. Una persona tóxica es depredadora
por naturaleza y allí donde perciba debilidad, incapacidad, necesidad, timidez,
fealdad física, etc apuntará sus misiles para destruir y depredar a la
víctima. Es importante que como persona inteligente impongas tus valores y
hagas frente a estas actitudes que de no ser enfrentadas pueden generar un
enorme daño en el tejido social de cualquier grupo.
Un
ejemplo de ello son los casos de suicidio que se dan en los colegios
donde un alumno tóxico persuade a un grupo para acechar a alguien a tal punto
de provocarle la muerte por suicidio. Ponerle límites a esta clase de personas
es fundamental si queremos una vida mejor para todos
8.
Ignoran insultos y malos tratos.
Los insultos a veces vienen disfrazados de frases cínicas
y solapadas como podrían ser: “jamás me hubiera animado a usar ese vestido”o
“Eres tan graciosa y ni siquiera te das cuenta de ello”. Descalificaciones
disfrazadas de “piropos”, de falsas adulaciones que te dejarán pensando qué
habrá querido decir con eso. La intención detrás es la de que busques su
aprobación (que jamás llegará, por supuesto). La manera más inteligente de
lidiar con estas situaciones es ignorar sus “cumplidos” o comentarios ambiguos
y no “engancharse” con ninguno desestimando por completo su importancia.
9.
No son indulgentes con las “eternas víctimas”.
Las personas tóxicas suelen ponerse la máscara de la
“víctima eterna”, la “pobrecita yo” para manipular a los demás y evitar hacerse
cargo de sus responsabilidades. Escucharás a una persona tóxica decir que no
podrá devolverte un préstamo porque no encuentra trabajo, porque la vida es
cruel con ella, porque tienen mala suerte, porque los estafaron, etc. Nunca
pueden hacerse cargo de sus deudas o responsabilidades que depositarán en los
demás, como si los otros tuviesen la obligación de hacerlo.
Las
personas inteligentes, si bien ayudan a los necesitados, no alimentan actitudes
parasitarias típicas de algunas personas tóxicas. Las personas tóxicas de esta
clase jamás se hacen cargo de sus propias vidas y pretenden que los demás hagan
por ellos todo, utilizando la culpa como elemento coercitivo.
10.
Piden respuestas claras a sus preguntas.
Las personas tóxicas al ser cuestionados y presionados a
dar una respuesta suelen dar vueltas, marear, confundir con su discurso difuso
al interlocutor. Dan respuestas vagas, abiertas, ambiguas, con verdades a
medias evitando ser confrontados con la verdad.
Las personas inteligentes y sabias exigen respuestas
claras, puntuales y contundentes a la hora de hacer preguntas y no se detienen
hasta obtenerlas. No caen en el juego de la ambigüedad ni de lo anecdótico, van
al grano, a la esencia de la cuestión sin permitir ser desviados del tema.
11.
No son indulgentes con personas narcisistas.
Los narcisitas se aman a sí mismos. En realidad, aman la
imagen que tienen de sí mismos, aman a su “personaje”. Pierden el contacto con
la realidad justamente por vivir de la imagen. Los narcisistas están siempre en
la búsqueda de la adulación para alimentar su gran ego, muchas veces haciéndose
pasar por personas “humildes” y poco autovaloradas. Viven mostrando sus logros
o “capacidades” en la búsqueda de refuerzo constante de reconocimiento. Se
sacarán fotografías y las mostrarán buscando comentarios positivos al respecto,
etc.
La
mejor manera de lidiar con este tipo de personajes es ignorar sus demandas de
adulación permanente.
12.
Les marcan sus errores cuando están equivocados.
Las personas tóxicas intentarán ser absueltos de toda
culpa. Aún siendo culpables. Justificarán sus actos culpando a otros por sus
actitudes y acciones. Las personas inteligentes se rehúsan a aceptar excusas de
la gente tóxica; les marcan sus errores y piden explicaciones claras al
respecto no aceptando ningún tipo de evasión. La gente tóxica al ser
confrontada tiene la opción de autorreflexionar y crecer en madures si así lo
desean, aunque es difícil que suceda.
13.
No se dejan endulzar por falsos halagos.
Es muy común que las personas tóxicas utilicen los
halagos para meterse en el bolsillo a las personas de las cuales quieren sacar
algún tipo de provecho. Las personas inteligentes advierten la intención oculta
y simplemente hacen oídos sordos a adulaciones vacuas. Las personas sabias
conocen su propio valor y no necesitan que alguien de afuera les diga lo mucho
que valen. Entienden que esta actitud de parte de la gente tóxica esconde una
intencionalidad oscura.
14.
Tienen el control de sus propias emociones.
Las personas tóxicas intentan manipular las emociones de
los demás para que “calcen” en su plan y así satisfacer sus propias necesidades
y objetivos. Desestabilizar las emociones de las personas normales para luego
manejarlas a su favor es una técnica muy utilizada por las personas tóxicas.
Una manera inteligente de evitar esto es estar en control
de las propias emociones. Mantener el propio centro. Evitar entablar temas
“candentes para nosotros” de conversación con personas tóxicas, que sabemos de
antemano que nos desestabilizan.
15.
Se focalizan en las soluciones y no en los problemas.
Las personas tóxicas son muy propensas a buscar culpables
a todo lo que sucede y anda mal (y nunca son ellos, por supuesto). Hacen esto
para emanciparse de la culpa y evitar su responsabilidad en el asunto.
Las
personas inteligentes se focalizan en buscar soluciones. Admiten los errores,
evalúan lo que está mal y buscan activamente maneras de arribar a una solución,
sin perder ni energía ni tiempo en lamentos inútiles.
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