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POCO A POCO, ELIGE ENAMORARTE DE LA VIDA

 

Hace muchos años un ser angustiado y sin ganas de vivir visitó en su monasterio a un sabio abad. Este lo escuchó un largo rato, lo observó atentamente y le dijo con amorosa compasión:

Te escucho y veo que tú mismo has creado tu propia prisión, acaso sin ser consciente de ello.

Paso a paso te has ido aislando, no cuidas tus relaciones, no te ocupas y tampoco disfrutas lo mejor de la vida.

¿Cómo quieres estar bien solo, inactivo, sin ganas de nada y cautivo en el calabozo de la apatía?

Tu mal no está en la edad, está en tu actitud negativa y quejumbrosa, está en vegetar muerto en vida. 

Mira a tu alrededor y verás ciegos felices, pobres sin lamentos, lisiados contentos y enfermos que aman la existencia.

Comienza a hacer cosas con ganas, sal de tu concha, ámate y ama..

 

REFLEXION

A veces, nos sentimos atrapados en una especie de "prisión mental" que nosotros mismos hemos construido. Sin darnos cuenta, nos vamos alejando de los demás, dejamos de cuidar nuestras relaciones, y lo peor, dejamos de disfrutar de las pequeñas maravillas de la vida. Tal vez no sea algo intencional, pero sucede: poco a poco nos convertimos en nuestros propios prisioneros, aislados y sin energía.

Desde una perspectiva psicológica, este mensaje nos habla de la importancia de cambiar nuestra mentalidad y de cómo la actitud puede influir en cómo percibimos la vida. No es que el paso del tiempo o la edad nos quite las ganas de vivir, sino que es nuestra actitud la que, poco a poco, puede ir apagándonos. Cuando el sabio dice que el problema está en "vegetar muerto en vida", está señalando esa tendencia a desconectarnos de lo que nos rodea, como si el simple hecho de existir fuese suficiente. Pero la vida, cuando se ve desde una perspectiva positiva y de crecimiento, se convierte en algo maravilloso que merece ser vivido a plenitud.

Visto desde una perspectiva filosófica, el mensaje también invita a reflexionar sobre el valor de la gratitud y la aceptación. ¿Cuántas veces nos quejamos por lo que no tenemos o por lo que no podemos hacer? Sin embargo, a nuestro alrededor hay personas que enfrentan desafíos mayores –tal vez con menos medios, con dificultades físicas o con enfermedades–, y que aún así encuentran razones para amar la vida. La gratitud, en este sentido, se convierte en un recordatorio de que la felicidad no está en las circunstancias, sino en cómo decidimos verlas.

Desde el enfoque de desarrollo personal, el sabio abad sugiere una salida clara: "haz cosas con ganas, sal de tu concha, ámate y ama". El amor propio y el amor hacia los demás son acciones que nos reconectan con lo que importa y nos ayudan a redescubrir lo hermoso de la vida. No es una receta mágica que cambiará todo de un día para otro, pero es una invitación a empezar, a hacer pequeñas cosas que llenen de sentido nuestro día a día.

En resumen, enamorarse de la vida no es un acto único, sino un proceso. Implica dejar atrás las actitudes negativas, redescubrir lo bueno a nuestro alrededor, y darnos permiso para disfrutar, para amar y para vivir. Como dice el sabio, todo comienza cuando decidimos dar un paso fuera de esa concha que nosotros mismos hemos construido.

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