Siempre serás la niña que me
llena el alma, como un mar inquieto y, a la vez, en calma. Aunque
estés tan lejano como el horizonte, en cada rincón de mi ser grito tu
nombre en un silencio que me ahoga.
Y aquí estoy, atrapado en el eco de mi
desengaño, viviendo un sueño que parece eterno. Si tengo que
esperarte siete vidas más, lo haré, porque este sentimiento es más fuerte que
cualquier cosa. Por amarte así es mi fortuna y, a la vez, mi castigo.
¿No es una locura? A un paso de tu boca
y sin poder besarla, tan cerca de tu piel y, sin embargo, tan lejos.
Ardiendo en deseos, cada mirada tuya es un fuego que no puedo apagar.
Voy caminando por esta cuerda floja,
persiguiendo tu huella como si fuera una sombra. Estoy preso de un amor que me
negaste un día, y cada segundo que pasa, cuento las horas hasta poder verte.
¿Es posible que este amor esté prohibido?
Aquí sigo, muriendo por estar contigo,
por amarte así, por sentir esa conexión que trasciende el tiempo y el espacio.
A pesar de todo, sé que lo haría una y otra vez. Por amarte así, hasta el fin.
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