Es por ti que veo ríos donde
solo había asfalto. De verdad, antes todo era gris, pero llegaste tú y,
¡bam! Ahora hay océanos donde antes solo había charcos.
Eres la razón por la que me siento como un duende cómplice del viento, escapando de madrugada solo para colarme por tu ventana. Imagínate, no hay cadenas cuando sigo el ritmo de tus caderas, y es que cuando navego por tu cintura, la locura me roza.
Tus labios son de seda, y tus
dientes brillan como la Luna llena. Tu risa, esa es la sangre que
corre por mis venas, y tus besos son la tinta de mis versos. Siempre te
cuento, siempre, ¡porque no hay otra como tú!
Es por ti que el mundo cambia, que los paisajes cobran vida, y que cada día es una nueva aventura. Así que aquí estoy, listo para seguir esta locura que hemos creado. ¡Gracias por hacer que todo sea posible!
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