Bésame. No, no
es solo un beso cualquiera. Es ese beso que lo dice todo cuando las
palabras ya no alcanzan. Bésame mucho,
como si esta fuera la última noche que compartimos. Como si el tiempo se escapara entre nuestros dedos, y solo quedara este
instante.
A veces me
asusta la idea de perderte. De que, después de hoy, nuestras miradas no se
crucen de la misma manera, que ya no estés a mi lado. Porque lo cierto es que, aunque el amor nos llena
de vida, también nos recuerda lo frágiles que somos, lo fácil que todo puede
cambiar.
Quiero verte
cerca, mirarme en tus ojos, sentir que en este momento somos todo. Pero, ¿y
si mañana ya no estoy? ¿Y si el destino nos juega una mala pasada y me aleja de
ti? Por eso, no te lo pido, te lo suplico: bésame. Bésame
como si no hubiera un mañana, como si este fuera nuestro último segundo juntos.
Porque, a
veces, solo nos queda el
ahora. Y en ese ahora, quiero que me beses como si todo
lo demás se desvaneciera. Como si, al hacerlo, pudiéramos vencer al miedo de perdernos.
Bésame, por
favor... antes de que sea demasiado tarde.
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