Hay
costumbres raras en Navidad porque los seres humanos somos extraños y
complejos.
En Noruega hay quienes esconden las
escobas porque las
brujas las podrían usar en esta época.
El 25
en Portugal se sirve en
familia una comida llamada Consoda y se ponen platos para los muertos.
En
Italia algunos no decoran el árbol sino que hacen una linda pirámide de madera adornada con
frutas.
En
Venezuela el 24 se bloquean calles para que la gente vaya en patines al templo. Es un misterio el
origen de esto.
En
Ucrania es buena suerte
hallar una telaraña en Navidad. Por eso ponen telas de araña en la
decoración navideña.
En
Japón no se envían tarjetas de color rojo navideño. Para nada ya que esas tarjetas se usan
allá para los duelos.
En
Yugoslavia antes de Navidad el
niño ata los pies a la mamá y el papá y ellos le dan regalos para que
los libere.
Recuerda que navidad significa
nacimiento y deja que algo hermoso nazca en tu interior.
Siente
la paz que brota de perdonar y el gozo intenso que produce el acto de dar sin
esperar recibir.
No caigas en la trampa de tener tu
ambiente lleno de adornos y luces mientras tu alma está fría y hermética.
Elige hacer todo con ese mismo amor con
el que Jesús perdonó sanó e ilumino a millares.
Como
María actúa con amorosa
humildad y destierra un orgullo que tensiona y enfrenta.
El Espíritu de la Navidad es cultivar
una actitud de paz serena,
armonía y hermandad.
Las
luces de esta época te convocan
a irradiar tu luz con buenas acciones y con un amor incondicional.
Recuerda que navidad significa
nacimiento y deja que algo hermoso nazca en
tu interior.
Siente la paz que brota de perdonar y el gozo intenso que produce
el acto de dar sin esperar recibir.
Las velitas y las luces de diciembre
son para que la alegría de diciembre sea profunda y duradera. Únete, más a Dios
y con Él da estos tres pasos:
1. Perdona de corazón y sana tu pasado. Un perdón generoso borra las
culpas y el rencor y te sacan de una prisión emocional.
Esta es
una buena época para descargar el peso del ayer, cicatrizar viejas heridas y
reconciliarte.
2. Sé agradecido. Cuenta tus bendiciones y destierra las
quejas: aún con problemas eres un privilegiado.
Dar
gracias te colma de gozo porque valoras tus dones y le haces un conjuro al
inconformismo.
3. Date y da sin esperar recibir. Al hacerlo amas de verdad así
como te ama Dios que es don gratuito.
No te dejes deslumbrar por lo material y cree que tu mejor regalo para
los otros está en tu alma, no en un almacén.
Aprecia
las luces navideñas y pregúntate
que más puedes hacer para irradiar luz con tus buenas acciones.
Hazlo y
tu alegría será perdurable..
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