En grandes tragedias como un terremoto
o un huracán aparecen personas que ven la crisis como un problema superable.
No se
apoltronan en la silla de los lamentos, antes bien, se ponen en acción y apelan a su fe y sus recursos.
¿Tienen
un don especial? No, simplemente tienen una gran fuerza interna y una fe indestructible.
Están acostumbrados a ver todo con
lentes de optimismo
y a asumir los problemas
con resiliencia como desafíos.
En
psicología se sabe que ninguna
adversidad derrota del todo a un espíritu firme y a quien se deja ayudar.
Y esto
se ve patente en las clínicas con enfermos que sorprenden a médicos y enfermeras.
Se
recuperan pronto, irradian
confianza y se van para la casa mucho antes de lo previsto.
El milagro lo hacen ellos mismos con
fe, actitud positiva y amor
a sí mismos, a Dios y a la vida.
Puedes
profundizar esto con el libro “Crecer en crisis” donde hallas ayudas, ejercicios y testimonios.
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