UNA
CORTA HISTORIA
Había una vez una joven llamada Sofía,
que vivía en un mundo donde todos parecían estar ocupados buscando el amor
verdadero. Sofía, sin embargo, no estaba interesada en esa búsqueda. Ella
pensaba que el amor verdadero era una idea romántica inventada, y no creía en
él.
Un
día, mientras caminaba por la ciudad, Sofía se encontró con un anciano sentado en un banco.
Él le sonrió y le preguntó cómo se llamaba. Ella se presentó y se sentó a su lado. El anciano
comenzó a contarle su historia, sobre cómo había pasado toda su vida buscando el amor verdadero y nunca
lo había encontrado. Sofía
se sorprendió al escuchar esto, ya que ella había siempre creído que el amor verdadero no
existía.
El
anciano le dijo que el
amor verdadero no era algo que se encontraba, sino algo que se cultivaba. Él le explicó que el amor verdadero
no es un sentimiento, sino una elección. Es la elección de amar incondicionalmente, aceptando a
alguien con sus defectos y virtudes.
Sofía
se quedó pensando en las palabras del anciano. Ella comenzó a darse cuenta de que había estado cerrando
su corazón a las personas que la rodeaban. Decidió tomar el desafío del anciano y
comenzó a cultivar el amor verdadero en su vida.
Empezó a amar a su familia y amigos
incondicionalmente, aceptando sus defectos y
virtudes. También comenzó a ayudar a los menos afortunados, demostrando amor a través de acciones
concretas.
Con el
tiempo, Sofía descubrió
que el amor verdadero era algo real, y no una idea romántica inventada.
Descubrió que el amor
verdadero es una elección constante de aceptar y amar a los demás,
incondicionalmente.
Finalmente ella se dio cuenta de que el
verdadero desafío era amar de verdad, y decidió tomarlo de forma consciente cada día.
REFLEXION
Quiero ser consciente de que la
felicidad no depende de cuánto poseo, sino de cómo amo.
Por eso son felices los pobres sin envidia o resentimiento, y hay ricos sin egoísmo y sin apegos.
Tu misión debe ser encender lámparas por doquier con el fuego de la verdad y el poder de la bondad.
Tu desafío debe ser amar de verdad, porque el odio nos esclaviza y la soberbia nos aísla.
Pido al Padre que me dé humildad y no actúe como aquellos que la única verdad que aceptan es la suya.
Mi luz está en creer, mi energía en esperar, mi alegría en servir y mi tesoro en amar.
El mayor bien que puedo adquirir es la paz del corazón y la mejor conquista es controlar mis emociones.
Elijo ser compasivo y abierto al perdón, ya que solo así estoy bien en el presente y puedo esperar días mejores.
Por eso son felices los pobres sin envidia o resentimiento, y hay ricos sin egoísmo y sin apegos.
Tu misión debe ser encender lámparas por doquier con el fuego de la verdad y el poder de la bondad.
Tu desafío debe ser amar de verdad, porque el odio nos esclaviza y la soberbia nos aísla.
Pido al Padre que me dé humildad y no actúe como aquellos que la única verdad que aceptan es la suya.
Mi luz está en creer, mi energía en esperar, mi alegría en servir y mi tesoro en amar.
El mayor bien que puedo adquirir es la paz del corazón y la mejor conquista es controlar mis emociones.
Elijo ser compasivo y abierto al perdón, ya que solo así estoy bien en el presente y puedo esperar días mejores.
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