La importancia de apoyar a las mujeres
en la crianza y lactancia es vital para garantizar el bienestar de los bebés y
las madres. La lactancia materna es esencial para la salud física y emocional
de los recién nacidos, ya que proporciona nutrientes esenciales y anticuerpos
para combatir enfermedades. Además, también ayuda a establecer un vínculo
emocional entre la madre y el bebé, lo que es crucial para el desarrollo social
y emocional del niño.
Sin embargo,
amamantar y criar a un
bebé puede ser un desafío para muchas mujeres debido a la falta de apoyo.
A menudo, las mujeres enfrentan discriminación en el lugar de trabajo debido a la necesidad de
amamantar o cuidar a sus hijos, lo que puede llevar a la pérdida de empleo o la reducción de las
horas laborales. Además, muchas
mujeres también enfrentan presiones sociales para abandonar la lactancia
y utilizar fórmulas artificiales en su lugar.
Es importante que se brinde apoyo a las
mujeres en todas las etapas de la crianza y lactancia. Esto puede incluir políticas de lactancia
en el lugar de trabajo, como salas de lactancia privadas y permisos de
lactancia, así como
recursos educativos y de apoyo para ayudar a las mujeres a superar cualquier
desafío que puedan enfrentar. También es importante que se promueva la lactancia
materna en la sociedad y se des estigmatice la lactancia pública, para que las mujeres puedan
amamantar en paz y sin temor a ser juzgadas.
REFLEXION
Soy
una mamá humana: por eso doy leche humana a mis hijos. Vaca será en todo caso
quien le da leche de vaca a los suyos. Las crías humanas merecen ser
alimentadas con leche humana, no con leche para terneros.
Y
ello no está reñido con trabajar: la misma Liga de La Leche ha publicado un
libro muy importante sobre amamantar y trabajar: Las hijas de Hirkani. Somos multitud las mujeres que trabajamos y amamantamos, a pesar de
todos los obstáculos que la sociedad nos interpone para ello.
Y si a las mujeres nos discriminan de nuestros
empleos por amamantar, lo que hay que cambiar es al DISCRIMINADOR, no a las
mujeres ni a la maternidad ni a la crianza. Es el sistema productivo-laboral el
que tiene que cambiar para adaptarse a la maternidad, a la paternidad y a la
crianza, y no al revés.
La
lactancia no exime al hombre de la crianza, porque el padre puede ocuparse de
todo lo demás: bañar, acariciar, jugar, masajear, vestir, pasear, comprar,
apoyar, hacer las tareas domésticas... De lo que se trata
es de que todos reforcemos el amor y el contacto con nuestros hijos. Ellos lo
merecen, el futuro lo necesita.
La leche materna no sólo es mejor para los
bebés, también es lo mejor para el planeta. El embarazo, el parto y la
lactancia son parte de la sexualidad femenina, y como tal, las mujeres tenemos
derecho a disfrutarlos, y a no ser discriminadas por ello.
Si
lactar puede ocasionar mastitis, no lactar aumenta las posibilidades de padecer
cáncer de mama. No hay por donde cogerlo.
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