“Todo sufrimiento viene del cerebro programado. Por eso no tiene sentido culpar a nadie o culparse a sí mismo.
Es el computador interno el que está mal reseteado y usted puede reprogramarlo con amor.
La tarea consiste en conocerse, trabajar en usted mismo y desenmascarar las falsas ilusiones.
Por eso ponga todo en tela de juicio y haga un trabajo interno que nadie puede hacer por usted mismo.
Es un trabajo exigente que requiere introspección, reflexión, honestidad, tiempo y valor.
Las falsas ilusiones y tantas creencias deben caer una a una y tiene la bodega llena de ellas.
Cuanto antes las deseche mejor. Manos a la obra.
Trabajar en uno mismo es más urgente que trabajar en función de otros”.
El desafío cotidiano es pulirse y controlarse, es crecer en desapego y vivir en el amor y en Dios.
El desafío cotidiano es pulirse y controlarse, es crecer en desapego y vivir en el amor y en Dios.
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