El malo y el bueno de las
películas o las series graba en la mente una enseñanza perversa y muy dañina.
Nadie es bueno y nadie es malo, en este plano estamos todos en distintos niveles de consciencia y nada más.
Al que ya aprendió a amarse y amar lo llaman bueno y al que aún no ha aprendido lo denominan malo.
No es bueno el universitario que domina las matemáticas ni malo el niño que no sabe cuánto es 7 x 8.
El “malo” muy seguramente aprenderá con dolor a no obrar mal y un día se cansará de sufrir, si lo quiere.
Es funesto mirar la vida en blanco y negro, creerte bueno y juzgar a los que fallan.
El reto es ser compasivos.
Dijo un sabio maestro: “Comprende y no juzgues a tu hermano porque no conoces su pasado ni conoces tu futuro”.
Es muy seguro que en el mañana vas a fallar como aquel a quien juzgas para que aprendas a amar sin medida.
Nadie es bueno y nadie es malo, en este plano estamos todos en distintos niveles de consciencia y nada más.
Al que ya aprendió a amarse y amar lo llaman bueno y al que aún no ha aprendido lo denominan malo.
No es bueno el universitario que domina las matemáticas ni malo el niño que no sabe cuánto es 7 x 8.
El “malo” muy seguramente aprenderá con dolor a no obrar mal y un día se cansará de sufrir, si lo quiere.
Es funesto mirar la vida en blanco y negro, creerte bueno y juzgar a los que fallan.
El reto es ser compasivos.
Dijo un sabio maestro: “Comprende y no juzgues a tu hermano porque no conoces su pasado ni conoces tu futuro”.
Es muy seguro que en el mañana vas a fallar como aquel a quien juzgas para que aprendas a amar sin medida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios