Pide a Dios fe y reciedumbre cuando las dudas aparecen como sombras sigilosas y la esperanza decae.
Aprende de tantos que no se rinden y no se doblegan cuando parece que la vida es un absurdo.
En este sentido es valioso el testimonio de una joven española llamada Olga Bejano.
Debido a una enfermedad degenerativa está en silla de ruedas y necesita de máquina para alimentarse y respirar.
En un reportaje dijo que no era nada fácil, pero amaba la vida y no le veía sentido a la eutanasia.
“Soy partidaria de luchar, no de huir y la eutanasia es una forma de huida y, por lo mismo, de cobardía”.
Comparto su testimonio porque todos por uno u otro motivo pasamos por el árido desierto con las alas rotas.
Cada uno elige ser víctima o arquitecto de las circunstancias y siempre hay salidas donde brillan la fe y el amor.
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