No
pretendas que las cosas ocurran como tú quieres. Desea, más bien, que se
produzcan tal como son, y serás feliz.
- ¿Quieres salir del grupo de los esclavos?
Rompe tus cadenas internas y desecha el temor y los juicios.
- Culpar a los demás de tus infortunios es andar errado; asumir tu
responsabilidad te hace sabio.
- El sabio participa en la política, pues es
un delito no ayudar a los pobres y es cobardía ceder el paso a los corruptos.
- El
adulto yerra cuando enjuicia el hoy con el criterio del ayer.
- Un barco no debe navegar con una sola ancla, ni la vida con una
sola esperanza.
- La
felicidad no consiste en adquirir y gozar, sino en no desear nada, pues sólo
así se es libre.
- Si no tienes ganas de estar frustrado debido a tus
deseos, desea sólo aquello que depende de ti.
Así pensaba el filósofo griego Epicteto.
Vivió como esclavo muchos años, fue liberado y murió en el año 135 d.C.
El filósofo griego Epicteto decía que el sabio aprende a distinguir entre los bienes
verdaderos y los aparentes.
Los bienes verdaderos son
de orden espiritual y van unidos al amor, la belleza y la verdad.
Los bienes aparentes no son malos, pero son materiales y se pueden perder: Salud, riquezas, fama y posición
social.
El sabio acalla sus deseos, no se resiste a la realidad y acepta las personas y los
hechos tal como son.
En la misma línea de Buda, Epicteto reconoce que el sufrimiento nace del deseo y la no
aceptación.
La aceptación evita que
te desesperes, culpes o te culpes, reniegues o caigas en la frustración.
Sencillamente asume
la realidad tal como es y sé consciente de que no puedes cambiar a
nadie.
Sólo así estás en paz y
disfrutas lo material dando prioridad a los asuntos del espíritu
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