Se
trataba de un hombre que llevaba muchas horas viajando a pie y estaba realmente
cansado y sudoroso bajo el implacable sol de la India.
Extenuado y sin poder dar un paso más, se echó a descansar
bajo un frondoso árbol.
El suelo estaba duro y el hombre pensó en lo agradable que
sería disponer de una cama.
Resulta que aquél era un árbol celestial de los que conceden
los deseos de los pensamientos y los hacen realidad.
Así es que al punto apareció una confortable cama.
El hombre se echó sobre ella y estaba disfrutando en el
mullido lecho cuando pensó en lo placentero que resultaría que una joven le
diera masaje en sus fatigadas piernas.
Al momento apareció una bellísima joven que comenzó a
procurarle un delicioso masaje.
Bien descansado, sintió hambre y pensó en qué grato sería
poder degustar una sabrosa y opípara comida.
En el acto aparecieron ante él los más suculentos manjares.
El
hombre comió hasta saciarse y se sentía muy dichoso.
De
repente le asaltó un pensamiento: “!Mira que si ahora un tigre me atacase!”
Apareció
un tigre y lo devoró.
MORALEJA: Cambiante y descontrolada es la naturaleza de la mente.
Aplícate a conocerla y dominarla y disiparás para siempre el peor de los
tigres: el que mora dentro de ella misma.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios