Hoy
en día y como consecuencia de la prolongada crisis que vivimos, las empresas
están invirtiendo más dinero en trabajar las actitudes y la motivación de sus
empleados que en formación.
Los
despidos, los problemas empresariales, las fusiones o las reestructuraciones
están generando situaciones de estrés e insatisfacción lo que precisa que las
empresas enseñen a sus empleados a afrontar estas etapas de cambio con una
actitud positiva.
Son conscientes de que trabajar las actitudes, no sólo va
a contribuir a mejorar la satisfacción de los empleados sino del conjunto de la
organización empresarial.
Una
persona optimista, con ganas de vivir y que se cuida, aparte de rendir mucho
más en su trabajo es mucho más feliz consigo mismo y hace mucho mas feliz a su
entorno.
Y lo mejor de todo es que estamos a tiempo de cambiar las
cosas y de tener el
control sobre nuestra felicidad. La forma es estudiar e imitar el
comportamiento de los que tienen éxito en la vida, son felices y tienen pasión por lo que hacen.
Los sacrificios, las preocupaciones, las noches sin
dormir, nos impiden vivir la vida, el día a día e inevitablemente a lo único a lo que nos conduce es a la
enfermedad.
Por
tanto, si no estamos satisfechos con nuestro trabajo, con nuestra vida, tenemos
que pensar que las cosas no van a cambiar por si solas, haciendo lo
mismo que hacemos siempre y quejándonos.
En
nosotros está buscar el cambio.
Debemos
cambiar la actitud hacia la vida, los negocios o el trabajo.
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