No evadas esta pregunta: ¿Estoy yo preparado para morir?
No me extraña nada que tu respuesta sea un no rotundo.
Pocos, muy pocos, se preparan en nuestra
inculta cultura para ese trance que suele ser molesto o traumático.
Y lo es porque se llega a la muerte con una carga de apegos, temores,
pendientes u odios que hacen más arduo ese paso.
Al contrario de lo que hacen los tibetanos
y los budistas, la gran mayoría de los occidentales no se preparan para morir.
A esa transición hay que llegar con paz en el alma, con
perdón y confianza, con fe y con todo en orden.
Hay personas atormentadas y bloqueadas por
miedos y odios.
Llegan a ese momento cumbre con distintos
ciclos sin cerrar o pendientes y eso les impide partir serenos.
El libro “Muerte un paso a la vida” hallas luces,
ejercicios y mensajes.
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