Hay palabras que ojalá muevan tu corazón con el ímpetu de un ciclón:
“Asuntos pendientes”, “ciclos sin cerrar”.
Es fácil escribirlas, pero es bien exigente tomar
consciencia del daño que causan.
Piensa y cambia.
Casi siempre llegan a tu vida y tu mente
ante una muerte o un golpe demoledor del destino.
Pero también pueden sacudir hoy tu interior
y llevarte a cerrar
círculos, perdonar y elegir mejor tus prioridades.
Sería maravilloso que, consciente de los “asuntos pendientes”,
dejes de aplazar decisiones importantes.
¿Qué tal si hoy mismo, haces las paces con
alguien, decides enamorarte de tu trabajo o programas un examen médico?
La vida es ahora y no eres dueño del futuro.
El
ayer es ya un sueño, el futuro un misterio y el ahora es el espacio en el que
huye la vida.
Por eso, ama aquí y ahora.
Aprende de la empleada del hotel que se
ingenia figuras con las toallas o pone el control en las manos del peluche que
dejó un niño al salir y éste sonríe el volver.
Mejoras cuando amas.
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