La
vida es bella, pero corta; y espero vivirla, amarla, compartirla y disfrutarla
hasta que me muera.
Espero y deseo no hacerle a los demás lo que
no quiero que hagan conmigo, más si lo hago, espero repararlo y ser perdonado.
Cuando se cometen errores es necesario
reconocerlos con la verdad, reconciliarse,
reparar y pagar con justicia. También es bueno aprender de los errores para que nunca
más se vuelan a cometer o repetir.
Vivir
en función del qué dirán y de la comparación con los demás, solo envanece y
amarga: no hace feliz. Mejor es esforzarse por saber y conocerse a si mismo,
y de ese modo reconocer y
potenciar las fortalezas y mejorar continuamente las debilidades: aumenta la autoestima y hace
feliz.
Los errores o fracasos consecuencia de
nuestras debilidades humanas son
la oportunidad para aprender, cambiar de rumbo y convertirlos en fortalezas
para vivir mejor, en paz y
armonía, en un mundo de constantes amenazas, pero aun así un mundo hermoso.
Ser
ordenado implica tener un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.
La
razón es como la brújula de un barco que navega con un destino y dirección,
pues permite mantener el control, la calma y el orden de las ideas en el
inmenso y turbulento mar de ideas del consiente e inconsciente.
Cuando
niño creo era egoísta porque creía que el mundo giraba en torno a mi y creía o
quería ser el mejor; ahora ya adulto creo que no soy tan egoísta, pues pienso
que dar o ayudar a otros, implica que indirectamente me estoy ayudando, además
de retribuir lo que la sociedad me ha dado. Si todos
ayudáramos (amáramos) a muchos, implicaría que seriamos ayudados (amados) por
muchos, y esta seria una sociedad cooperativa, de amor, mas equitativa, mas
feliz, con mas esperanza y con mas paz individual y social.
Tengo miedo tanto a lo desconocido como
también a lo conocido sobre lo cual no tengo el control y me provoca tanto una sensación de inseguridad como
una necesidad de conocer mejor.
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