Yo también te extraño, y
mientras el mundo duerme, yo me desvelo viendo nuestras fotos y videos.
Cada vez que cierro los ojos, tú estás ahí. Te pienso, y te imagino, cada
vez un poco más. En mi mente, empieza a dibujarse la forma de besar
esa boca que tanto anhelo.
De todos los besos que te di,
amor, ¿cuál es el que más echas de menos? ¿Los tiernos que hacían que el tiempo
se detuviera, o esos que llevaban un poco de veneno? ¿Los inocentes, o
aquellos que eran pura pasión sin freno?
¿Apoco no hay alguno que recuerdes?
Porque, vamos, tú fuiste la que me dio luz verde. Y ahora, parece que
hasta tu memoria se escapa, como si no pudieras recordar lo que vivimos.
Estoy seguro de que, en las noches, cuando la soledad te atrapa, me recuerdas.
Me imagino que te muerdes los labios, recordando esos momentos llenos de intensidad.
Así que aquí estoy, deseando que, aunque estés lejos, alguna parte de ti aún sienta ese calor de lo que éramos. Porque yo, sin duda, te llevo en cada recuerdo, en cada beso que aún se siente tan vivo.
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