Hay acciones simbólicas que
para el cerebro son más poderosas que las palabras y te ayudan con tus
compromisos.
También se llaman “actos
de sicomagia” porque la
magia de la acción tiene más impacto que las palabras.
Ejemplos:
1. Te pones una
pulserita de hilo o plástico en la mano y siempre que la ves afirmas algo con
decisión: “Cada día,
contigo, Dios mío, soy más amoroso y paciente”.
Y lo repites muchas veces al día.
Así unes símbolo y palabras.
Así unes símbolo y palabras.
2. Cuelgas un gancho de color en un sitio visible de la casa, lo ves y
decretas: “Acepto,
comprendo y no me engancho con nada ni nadie”.
3. Pones la foto de un semáforo en un lugar visible y al verla piensas: “Dejo de correr, stop, hago
pausas y oro y medito”.
4. Le dices a alguien que te amarre las manos, te relajas y decides cortar un
apego unido a Dios. Solo
te sueltan cuando lo hagas.
5. Cargas una piedra pesada en el bolsillo hasta que sueltes odios, iras o tristezas que son una carga
onerosa.
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