Es algo único
Este
año son unas Navidades tranquilas después de la agenda frenética de estos
meses. Necesito tiempo para recapacitar y superar esta incredulidad. Todo lo
que está pasando es tan superlativo…
Importa
lo logrado, el destino; pero también el camino. Como
Kavafis y su viaje a Ítaca: la trascendencia de las experiencias acaecidas
durante la travesía.
Es
cierto. Hubo
circunstancias cruciales. El nacimiento de mi hijo, con las dificultades
de todo tipo que surgieron… Pude haber naufragado. Pero, cuando estuve en peligro, encontré quien me
tendió la mano.
En tiempos del metaverso, del más allá, usted
continúa buceando hasta 28 siglos atrás. ¿Por qué este rebobinado?
¿Por
qué vamos a desaprovechar la ocasión de conocer a las mejores mentes del pasado
y aprovecharnos de todo lo que captaron, pensaron…? Toda la inteligencia que nos
precede es una herramienta maravillosa para construir y pensar. No estamos
solos.
Desde Grecia, ¿hemos evolucionado o
involucionado?
Me gusta celebrar lo conseguido. ‘El infinito en un junco’ es una
crónica de cómo hemos conseguido democratizar el conocimiento, la sabiduría.
Antes, los libros estaban solo al alcance de los círculos más privilegiados. Ahora, no. Me parece un logro
enorme del que no se habla demasiado. Es la conquista desde las palabras.
Ya dijo Juan que lo primero fue el verbo…
Las
palabras son poder. Poder para lo peor y para lo mejor. Yo
he querido dedicarme a ese superpoder que son las palabras.
¿El
conocimiento del idioma es la máxima expresión de libertad?
Cuanto más conoces tu idioma y cuantos más idiomas conoces, menos preso eres de unas determinadas estructuras e inercias mentales que te hacen enfocar la realidad desde un único punto de vista. Cuando te adentras en la riqueza del lenguaje, tienes una mirada mucho más amplia. La materia prima del pensamiento es el lenguaje. No hay pensamiento no lingüístico.
Sin embargo, hay quien considera que nos define más lo que callamos
que lo que decimos…
El
silencio también es un fenómeno lingüístico. No existiría el silencio si no
existiera la palabra significativa. Es su reverso. Cuando trabajas con
las palabras, sabes que es muy importante lo que pueden sugerir no diciéndolas,
cómo manejas lo explícito.
Esos puntos suspensivos que me sulibeyan…
La
literatura es la máxima sugerencia con el mínimo explícito.
Conseguir que el mensaje
sea claro, pero que diga muchísimo más de lo que en apariencia dicen esas
palabras, eso es literatura. De momento, las máquinas son incapaces de
hacerlo. Las máquinas no son capaces de crear ironía.
Escribir
y leer son los únicos placeres que no ocasionan efectos secundarios. Comer, beber, fumar, qué decir de amar...
Escribir
y leer son la mejor forma de salir del ensimismamiento. Vas por la vida con tu
único punto de vista, tus circunstancias, tus experiencias, tu bagaje; pero, cuando entras en un libro, de repente, pasas a tener un
horizonte mucho más amplio. Leer
es la forma de introducirte en la mente de otra persona, algo maravilloso y
único. Hay que ser lector inquieto, a la búsqueda del aprendizaje, del
talento que nos rodea.
Mi
deseo es disfrutar de este viaje. Mi deseo no es personal, sino colectivo: que
superemos la pandemia, toda la angustia que nos rodea y recuperemos los
abrazos, la vida cotidiana perdida y las posibilidades vitales que nos ha
recortado. Y que deje de morir tanta gente.
Cuanto más conoces tu idioma y cuantos más idiomas conoces, menos preso eres de unas determinadas estructuras e inercias mentales que te hacen enfocar la realidad desde un único punto de vista. Cuando te adentras en la riqueza del lenguaje, tienes una mirada mucho más amplia. La materia prima del pensamiento es el lenguaje. No hay pensamiento no lingüístico.
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