No
es ningún secreto que el ejercicio aeróbico puede ayudar a evitar algunos de
los efectos del envejecimiento.
Pero un creciente número de investigaciones sugiere que la natación podría
proporcionar un impulso único a la salud del cerebro.
Nadar
de manera regular mejora la memoria, la función cognitiva, la respuesta
inmunitaria y el estado de ánimo.
La
natación también puede ayudar a reparar el daño causado por el estrés y
forjar nuevas conexiones neuronales en el cerebro.
Pero los científicos todavía están tratando de descifrar cómo y por qué esta
actividad en particular produce estos efectos beneficiosos para el cerebro.
Como neurobióloga especialista en fisiología cerebral, entusiasta
del entrenamiento y madre, paso
horas en la piscina local durante el verano.
No es inusual ver a los niños chapoteando y nadando
alegremente mientras sus padres toman sol a la distancia. Incluso yo he sido
una de esas madres muchas veces.
Pero si más adultos entendieran los beneficios cognitivos
y para la salud mental de
la natación, saltarían a la piscina junto a sus hijos.
Conexiones y células cerebrales nuevas y mejoradas
Hasta la década de 1960, los científicos creían que la cantidad de neuronas y conexiones sinápticas en el cerebro humano era finita y que, una vez dañadas, estas células cerebrales no podían reemplazarse.
Pero
esa idea fue desacreditada cuando los investigadores comenzaron a ver una
amplia evidencia del nacimiento de neuronas, o neurogénesis, en cerebros
adultos de humanos y otros animales.
Ahora existen pruebas claras de que el ejercicio aeróbico puede
contribuir a la neurogénesis y desempeñar un papel fundamental para ayudar a
revertir o reparar el daño a las neuronas y sus conexiones tanto en mamíferos
como en peces.
La investigación muestra que una de las formas clave en
que ocurren estos cambios en respuesta al ejercicio es a través del aumento de los niveles de una
proteína llamada factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC).
Se
ha demostrado que la plasticidad neuronal, o la capacidad del cerebro para
cambiar, que provoca esta proteína, estimula la función cognitiva,
incluidos el aprendizaje y la memoria.
Estudios
en personas hallaron una fuerte relación entre las concentraciones de FNDC que
circula en el cerebro y un aumento en el tamaño del hipocampo, la región del
cerebro responsable del aprendizaje y la memoria.
También se ha demostrado que el aumento de los niveles de factor neurotrófico
derivado del cerebro agudiza el rendimiento cognitivo y ayuda a reducir la
ansiedad y la depresión.
Por el contrario, investigadores observaron trastornos del estado de ánimo
en pacientes con concentraciones más bajas de FNDC.
El
ejercicio aeróbico también estimula la liberación de mensajeros químicos
específicos llamados neurotransmisores.
Uno de ellos
es la serotonina que, cuando está presente en niveles elevados, reduce la depresión y la
ansiedad y mejora el estado de ánimo.
En estudios en peces, los científicos observaron cambios
en los genes responsables de aumentar los niveles de FNDC, así como un mayor
desarrollo de las espinas dendríticas (protuberancias en las dendritas o
porciones alargadas de las células nerviosas) después de ocho semanas de ejercicio en comparación con
los controles.
Esto complementa los estudios en mamíferos donde se sabe
que el FNDC aumenta la
densidad de la columna neuronal. Se demostró que estos cambios contribuyen a
mejorar la memoria, el estado de ánimo y la cognición en los mamíferos.
La mayor densidad de la columna ayuda a las neuronas a construir nuevas conexiones
y a enviar más señales a otras células nerviosas. Con la repetición de
señales, las conexiones pueden volverse más fuertes.
Pero
¿qué tiene de especial la natación?
Los investigadores aún no saben cuál podría ser el secreto que esconde la natación. Pero están cada vez más cerca de descifrarlo.
La natación ha sido reconocida durante mucho tiempo por sus beneficios
cardiovasculares.
Y esto se debe a que la actividad involucra a todos los
grupos principales de músculos y el corazón tiene que trabajar mucho, lo que aumenta el flujo
sanguíneo por todo el cuerpo. Esto conduce a la creación de nuevos vasos sanguíneos,
un proceso llamado angiogénesis.
El mayor flujo sanguíneo también puede conducir a una gran liberación
de endorfinas, hormonas que actúan como un reductor natural del dolor en todo
el cuerpo. Este aumento provoca la sensación de euforia que a menudo
sigue al ejercicio.
La mayor parte de la investigación para comprender cómo la natación afecta el
cerebro se realizó en ratas. Ellas son un buen modelo de laboratorio
debido a su similitud genética y anatómica con los humanos.
En un estudio en ratas se demostró que la natación estimula las vías
cerebrales que suprimen la inflamación en el hipocampo e inhiben la
apoptosis o muerte celular.
El estudio también mostró que la natación puede ayudar a la supervivencia de las
neuronas y reducir los impactos cognitivos del envejecimiento.
Aunque los investigadores aún no tienen una forma de visualizar la apoptosis y
la supervivencia neuronal en las personas, sí observan resultados
cognitivos similares.
Una de las preguntas más fascinantes es cómo,
específicamente, la
natación mejora la memoria a corto y largo plazo.
Para determinar cuánto tiempo pueden durar los efectos
beneficiosos, los investigadores entrenaron ratas para nadar durante 60 minutos al día durante cinco días
a la semana.
Luego, el equipo hizo pruebas en la memoria de las ratas
haciéndolas nadar a través de un aparato especial denominado laberinto de
brazos radiales que contiene seis brazos, incluido uno con una plataforma
oculta.
Las ratas tenían seis intentos de nadar libremente y
encontrar la plataforma oculta.
Después de solo siete días de entrenamiento de natación, los investigadores
observaron mejoras en la memoria tanto a corto como a largo plazo,
basadas en una reducción en los errores que las ratas cometían cada día.
Los científicos sugieren que este impulso en la función cognitiva podría
proporcionar una base para usar la natación como una forma de mejorar el
aprendizaje y reparar el daño a la memoria causado por enfermedades
neuropsiquiátricas en humanos.
Aunque la brecha entre los estudios en ratas y en humanos
es sustancial, la investigación en personas está generando resultados similares
que sugieren un claro
beneficio cognitivo de la natación en todas las edades.
Por ejemplo, un estudio que analizó el impacto de la natación en la agudeza mental en
personas de avanzada edad concluyó que los nadadores habían mejorado la
velocidad mental y la atención en comparación con los no nadadores.
Sin embargo, este estudio tiene un diseño de
investigación limitado, ya que los participantes no fueron asignados al azar y,
por lo tanto, aquellos que
eran nadadores antes del estudio pueden haber tenido ventaja.
Otro estudio comparó la función cognitiva entre atletas
que hacen ejercicio fuera del agua y nadadores en el rango de edad de adultos
jóvenes. Si bien la inmersión en agua en sí no marcó la diferencia, se descubrió que 20 minutos de
natación estilo pecho de intensidad moderada mejoró la función cognitiva en
ambos grupos.
Los
niños y la natación
Los beneficios de la natación para mejorar el cerebro también parecen impulsar el aprendizaje en los niños.
Científicos examinaron el vínculo entre la actividad
física y cómo los niños
aprenden vocabulario nuevo.
Los investigadores enseñaron a los niños de 6 a 12 años
los nombres de objetos desconocidos. Luego, probaron su precisión para
reconocer esas palabras después de realizar tres actividades: colorear (actividad de
descanso), nadar (actividad aeróbica) y un ejercicio similar al CrossFit
(actividad anaeróbica) durante tres minutos.
Niños
en clase de natación
Descubrieron que el rendimiento de los niños era mucho mayor para las palabras aprendidas después de nadar en comparación con colorear y la actividad anaeróbica, lo que resultó en el mismo nivel de memoria.
Esto muestra un claro beneficio cognitivo de la natación frente al ejercicio
anaeróbico, aunque el estudio no compara la natación con otros
ejercicios aeróbicos.
Estos hallazgos implican que nadar incluso durante períodos cortos de tiempo es
muy beneficioso para los cerebros jóvenes en desarrollo.
Los detalles del tiempo, el estilo de natación y las
adaptaciones cognitivas y las vías que se activan al nadar aún se están
estudiando. Pero los
neurocientíficos están cada vez más cerca de reunir todas las pistas.
Durante siglos, la gente ha estado buscando una fuente de juventud. Nadar
podría ser lo más cerca que podamos estar.
Hasta la década de 1960, los científicos creían que la cantidad de neuronas y conexiones sinápticas en el cerebro humano era finita y que, una vez dañadas, estas células cerebrales no podían reemplazarse.
Los investigadores aún no saben cuál podría ser el secreto que esconde la natación. Pero están cada vez más cerca de descifrarlo.
Los beneficios de la natación para mejorar el cerebro también parecen impulsar el aprendizaje en los niños.
Descubrieron que el rendimiento de los niños era mucho mayor para las palabras aprendidas después de nadar en comparación con colorear y la actividad anaeróbica, lo que resultó en el mismo nivel de memoria.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios