Para
entender lo que son las vitaminas tenemos que empezar por las enzimas.
Las
enzimas son moléculas que sirven para acelerar ciertos cambios químicos en el
cuerpo.
Las
enzimas se presentan en miles de variedades, porque cada cambio químico está
gobernado por una enzima particular.
Para controlar un cambio químico no hace falta más que una cantidad minúscula de
enzima, pero esa
cantidad minúscula es imprescindible.
La maquinaria química del cuerpo está interconectada de
un modo muy intrincado, de manera que el retardo de una sola transformación
química por culpa de la
falta de una enzima puede resultar en una enfermedad grave o incluso en la
muerte.
La mayor parte de las enzimas las puede fabricar el
cuerpo con las sustancias
que se hallan presentes en casi todos los alimentos. No hay peligro que
nos quedemos sin ellas, salvo que nos estemos muriendo materialmente de hambre.
Pero hay un pero.
Algunas
enzimas contienen, como parte de su estructura, ciertas combinaciones atómicas
poco usuales.
Estas combinaciones de átomos no suelen encontrarse más
que en las enzimas y, por tanto, sólo se necesitan en cantidades ínfimas, porque las propias
enzimas sólo se necesitan en esas proporciones.
Pero
el cuerpo tiene que tenerlas. Y si una de estas combinaciones de átomos
escasea, las distintas enzimas que las necesitan dejarán de funcionar. Ciertos
cambios químicos empezarán a desarrollarse mal y como consecuencia de ello
sobrevendrá la enfermedad y finalmente, la muerte.
El
peligro estriba en que, a pesar que la mayoría de las moléculas enzimáticas las
puede fabricar el cuerpo, estas combinaciones particulares de átomos, no.
Tienen que ser absorbidas, intactas, de los alimentos. El cuerpo humano se
muere si la comida que ingiere no contiene cantidades minúsculas de estas
singulares combinaciones de átomos.
Cuando
se descubrió esto a principios del siglo xx, no se conocía la naturaleza
química de dichas naciones. Se pensaba que algunas de ellas al menos, pertenecían
a una clase de sustancias llamadas "aminas". Por eso se les dio el nombre de
"vitaminas" ("aminas de la vida").
Las
plantas son la fuente básica de las vitaminas. Fabrican todas las
sustancias de sus tejidos a
partir de productos químicos elementales, como son el anhídrido carbónico, el
agua, los nitratos, etc. Si no fuesen capaces de fabricar todas y cada
una de vitaminas a partir de cero, no podrían sobrevivir.
Los
animales, en cambio, pueden comer plantas y utilizar las vitaminas que se hallan
ya presentes en los tejidos vegetales, sin tener que fabricarlas por su cuenta.
Los animales almacenan las vitaminas que absorben allí donde los mecanismos
enzimáticos más los necesitan: en los músculos, el hígado, los riñones, la leche, etcétera. Los
animales carnívoros obtienen las vitaminas de las reservas que poco a poco han
ido acumulando sus presas herbívoras.
El
no tener que fabricarse sus propias vitaminas tiene ciertas ventajas,
porque su fabricación exige la presencia de una maquinaria química muy
respetable en cada célula. Eliminando esta función queda más espacio, por
decirlo así, para desarrollar la maquinaria que requieren las muchas cosas que
las plantas no tienen que hacer: acción nerviosa, contracción muscular,
filtración renal, etc.
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