“Es importante no sólo ingerir los nutrientes necesarios,
sino dedicarle el tiempo
suficiente a esta comida que está entre 10 y 15 minutos como mínimo”,
afirma la doctora especialista en Medicina Interna y directora General de la
Fundación para el Fomento de la Salud.
Según
la experta, “el desayuno debe cubrir un 25 por ciento de nuestras necesidades
nutricionales a lo largo del día, convirtiéndose en una de las comidas más
importantes”.
“Muchas veces -como explica esta experta- la somnolencia
de las primeras horas de la mañana, el apurar la hora de levantarnos, las
prisas por llegar a la escuela o al trabajo, condicionan el que no se haga o no
se realice correctamente el desayuno.
Ello conlleva una disminución de la atención y del
rendimiento escolar o laboral, mientras que por el contrario un desayuno
equilibrado mejora el rendimiento físico e intelectual”.
Según la doctora “un desayuno equilibrado debería incluir: una ración de
lácteos, una de cereales (preferentemente integrales: pan, copos de cereales
crudos y sin azúcar, bizcochos o magdalenas hechas con aceite de oliva) y fruta
(mejor en pieza entera que zumo) para favorecer el aporte adecuado de macro y
micronutrientes y mejorar el rendimiento energético”.
“También es recomendable incluir una pequeña cantidad de grasa cardiosaludable
(unas gotitas de aceite de oliva virgen) y en ocasiones, jamón, pescado
azul, queso o fiambre (bajo en grasa y sal)”, señala la experta, quien agrega
que “es muy importante
desayunar sentado, con tranquilidad y tiempo, de forma que se empiece el día de
una forma relajada”.
Para mejorar la calidad de cada día que iniciamos, el
psicoterapeuta recomienda
elaborar decretos positivos.
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