Dos científicos han estudiado por años los componentes de
este fruto que carga un mito sexual.
El
chontaduro no goza de la publicidad, pero tiene casi el calcio de la leche, le
falta un tris para nutrir como un huevo y, ahora, científicos le acaban de
probar que prolonga los años.
Ese fruto ovoide, de colores rojizos y anaranjados, al
alcance en los semáforos o las esquinas, rodeado de leyendas sobre su aporte al poderío
físico, mental y sexual, ha sido estudiado por la ciencia.
Jaime Restrepo, Ph. D. en ciencias químicas, con
estudiantes y profesores del Grupo de Investigación en Productos Naturales y
Alimenticios de la universidad del Valle, le ha consagrado décadas a precisar
los valores nutricionales del 'bactris gasipaes', su nombre científico.
"Como químico y bioquímico no puedo decir que, con
una dosis determinada, se pueda provocar un efecto afrodisiaco. Lo que sí es claro es que el
chontaduro es nutricionalmente completo", dice Restrepo.
Algo tiene desde que lo recomienden contra la anemia y lo
consideren “bendito” para
el corazón y la piel.
En las crónicas de la Conquista española se relata que
los indígenas se ponían alegres, hermosos y belicosos recién lo consumían.
Cuando llegó Cristóbal Colón se lo ofrecieron. Y las comunidades indígenas
durante la Danza del Chontaduro se embadurnaban de chicha de ese fruto para alejar los malos espíritus,
en un baile con sentido erótico.
Restrepo considera que al fruto se le ha discriminado
como le ha pasado a la población negra, que lo adoptó como propio.
En
los laboratorios de Univalle se ha probado que contiene proteínas, aceites,
minerales (calcio, hierro, zinc y cobre), entre otros.
El fruto, que en viajes de varias horas sale de
recónditos puntos del Pacífico o de El Tambo (Cauca), no se ufana de su Omega 3 y 6, esos ácidos grasos
esenciales para el crecimiento, desarrollo hormonal y disminución del
colesterol.
A la luz del profesor Restrepo está entre los alimentos más balanceados del
trópico, como lo dice un concepto de la Academia Nacional de Ciencias de
los Estados Unidos de América.
Para la investigación en Univalle se hizo recolección
manual en Valle, Cauca y Nariño. Se aplicó un procedimiento similar al de las
vendedoras del fruto cuando lo alistan para llevarlo en los platones o las
carretas. Es decir, en el laboratorio, se secó el fruto a 60 grados
centígrados, y con un molino de martillo se produjo una harina fina.
No fue cualquier experimento, pues se analizaron cuatro
variedades de chontaduro (Rojo Cauca, Rojo Costeño, Amarillo Costeño y Verde
Costeño), de las 30 que podrían existir en el trópico.
El investigador Restrepo plantea que, en general, tiene
calidades para frenar
procesos de envejecimiento acelerado, fortalece el tejido óseo, previene
enfermedades de tipo cardiovascular o por excesos en colesterol.
Con sus hojas se tejen canastillas, del tronco salen
desde teclas de marimba hasta vigas de amarre y de la corteza se pueden
producir esterillas.
Para Restrepo, “el chontaduro es una de las frutas del trópico que tiene
mayor concentración de vitamina A”, que es un antioxidante de primera. “Su
consumo ayudaría a prevenir las cardiopatías”.
Es
bueno hasta para las uñas y el pelo
La universidad Nacional, con sede en Palmira, también ha
dedicado años al estudio de la planta.
Hugo Martínez, doctor en ingeniería de alimentos y
profesor de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, dice que "Colombia y Brasil tienen
un inmenso potencial para fomentar una industria de obtención de biocompuestos
gracias a su riqueza en frutas exóticas o especies subutilizadas como el
chontaduro.
El alto valor nutricional se debe a su elevado contenido de fibra,
aceites y ß-caroteno; además, de poseer ocho de los 20 aminoácidos esenciales
para el humano. Las sustancias proteicas, construidas gracias a los
aminoácidos, forman los músculos, tendones, órganos, glándulas, las uñas y el
pelo.
Martínez dirigió dos trabajos de grado de ingeniería
agroindustria para evaluar la pulpa. En uno se lograron compuestos fenólicos
(micronutrientes propios del reino vegetal importantes para la dieta humana), y
en el segundo obtuvo extractos ricos en carotenos.
Al analizar el chontaduro amazónico se aprecia que tiene
un contenido porcentual más alto de proteína (302 por ciento). También contiene lípidos (17,73
por ciento de su peso total), moléculas orgánicas que funcionan como una
batería porque acumulan energía, entre otras funciones biológicas vitales para
la nutrición humana.
“Adicionalmente,
su potencial como colorante natural hace de este biocompuesto una alternativa
para la obtención de productos alimentarios, farmacéuticos e incluso cosméticos
de alto potencial”, concluye Espinosa.
Lo afrodisiaco no es lo que buscó probar pero las
investigaciones siguen, anota el profesor Martínez, quien repite que es un alimento saludable,
nutritivo y que, por ende, “trae sus energías”.
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