"Yo
te sigo si me dejas, todo vale"... el grito
desesperado de quien sabe que perdió, pero aún se aferra. ¿Hasta dónde
llegarías por quien se llevó tus colores? Porque "te
adueñaste de mi vida entera y de los
colores con tus ojos, nena", y ahora el mundo es gris sin tu mirada.
El
amor duele cuando descubres que caminaron juntos en la tormenta, pero ella
saltó en la calma. "De haber sabido que en las buenas saltaría sin pensar de
este vagón". La ironía cruel: sobrevivieron a lo difícil para
perderse en lo fácil. "Fue mi error", dice él, pero... ¿acaso
los errores no se reparan cuando el amor es verdadero?
"Acuérdate
que fuimos uno" es más que una
súplica, es un recordatorio de que almas gemelas no encuentran la misma dirección dos veces
en la vida.
Y sin embargo... "el paraíso sabe amargo sin tu amor", porque el cielo no
es lugar sin quien lo iluminó.
Hoy
lleva "el miedo a cadena adentro"... ¿Miedo a qué? A que nunca más vuelva, a que
alguien más vea el mundo a través de sus ojos, a que su candela (ese fuego que
solo ellos entendían) se apague para siempre.
Reflexión final: El amor no debería ser una cadena, pero ¿cómo soltar a quien le dio
sentido a cada latido? Si este mensaje te atraviesa el alma, es
porque tú también
has rogado que alguien "no te deje solo en este mundo". Compártelo, no por
dolor, sino porque el amor verdadero merece una última oportunidad...
aunque duela pedirla.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios