El autor presenta algunas claves para que, tanto nuestras emociones como
nuestra parte racional y nuestro cuerpo, trabajen a favor de nuestro bienestar:
1.- Un sabio aforismo dice "si haces lo que
siempre has hecho, tendrás lo que siempre has tenido". ¡Es hora de hacer muchas de esas
cosas que, a nivel teórico, casi todos sabemos que tendríamos que haber hecho
antes para encontrarnos mejor!
2.-
La felicidad también tiene una base física: reducir los alimentos que nos quitan la salud y aumentar
los que la mejoran; movernos más en nuestra vida diaria y practicar
regularmente una actividad física que nos guste; librarnos con ayuda
profesional de las adicciones como el alcohol, el tabaco o el juego; y dormir y
descansar bien, procurando seguir unos horarios uniformes.
3.-
Importa mucho menos lo que nos sucede en la vida que la manera en la que lo
sufrimos (o disfrutamos, si es bueno) en nuestra cabeza. Podemos trabajar sobre nuestros
pensamientos e interpretaciones sesgadas de lo que nos rodea, para eliminar las
que no nos convengan. ¡Con la práctica lo conseguiremos!
4.- Para ser felices tenemos que dejar de buscar culpas y culpables,
de culparnos a nosotros mismos, de sentirnos ofendidos, de ser pesimistas, de
tener miedo a la decisión incorrecta y de tener expectativas imposibles, así
como abandonar ese hábito tan arraigado
en la mayoría de nosotros de quejarnos siempre por todo, en cualquier
circunstancia y aunque sea innecesario.
5.- Para aumentar nuestro bienestar tenemos que aprender a aceptar,
practicar la amabilidad, el sentido del humor, el altruismo y su pariente
cercano, la empatía, así como esforzarnos por vivir el momento, elegir placeres
sencillos y, por encima de todo,
aprender a confrontar nuestros pensamientos con la realidad.
6.-
Recibir calor humano, compartir
momentos agradables con gente querida para salir del "yo" y
entrar en el "nosotros", es una de las grandes fuentes de la
felicidad. ¡Cuantos más amigos, más calor! y los conseguiremos más interesándonos en otras personas,
en vez de intentar que ellas se interesen en nosotros.
7.- Para ser feliz es necesario el suficiente dinero para cubrir las
necesidades básicas propias y de la familia, y se debe recordar como
señaló Schopenhauer que "lo que uno tiene en sí mismo, lo que le acompaña
en la soledad sin que nadie se lo pueda dar o quitar, es mucho más importante
que todo lo que posee o lo que es a los ojos de otros".
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