Tomate
un tiempo para experimentar plenamente el mundo en que vives.
Saca
tiempo para disfrutar de toda la riqueza que Dios te ha dado y de la que eres
parte. Aléjate por un momento de analizar, criticar, juzgar y reaccionar.
Deja que tus pensamientos en manos de Dios. Siente las
maravillas de la naturaleza, la bondad, la belleza de vivir sabiendo quien
eres.
Disfruta
de la vida sin necesidad de tener que impresionar a alguien. Disfruta de la
vida en profundidad la cual no tiene límites.
Entre más plenamente experimentes y aprecies la vida, más
te convencerás que necesitas menos. Disfruta la vida a plenitud, y verás
claramente la gran riqueza que ya posees.
La
vida es el don mas precioso y no tiene igual .
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