Es
cierto que el otro es tu espejo y fácilmente en él admiras tus cualidades, y
juzgas tus propios defectos que quizás no reconoces
Ver
en el otro a tu hermano te lleva a ser amorosamente compasivo y erradicar todos
los juzgamientos y críticas.
Con respeto acepta que estás en este plano para cambiar a una sola
persona. Esa persona eres
tú mismo.
Si
te amas, te aceptas como eres, identificas tus talentos
para dar lo mejor y te
dedicas a corregir tus falencias.
Eres
más valioso de lo que crees, eres un hijo de la luz, eres
un hijo del amor divino, reconócete y ámate.
Date
el regalo de sanar viejas heridas con amor y comprensión
ya que tus padres te dieron lo que podían en su realidad.
Al
mirar tus fallas no te culpes y perdónate ya que estabas
en inconsciencia, en ignorancia y en desamor.
Date
el gran regalo de vivir en amor, en consciencia y en
coherencia porque así
estás en paz y en armonía.
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